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26.02.2020 Críticas  
La clemencia de Mozart

El Gran Teatre del Liceu de Barcelona presenta estos días (y durante un corto periodo de tiempo el próximo mes de Abril), la última ópera creada por Mozart. La Clemenza di Tito, es un “drama serio per musica” en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart con libreto en italiano de Caterino Tommaso Mazzolá, basado en el original de Pietro Metastasio.

La ópera, que se estrenó en el Teatro Nacional de Praga el 6 de septiembre de 1791, fue compuesta especialmente para la coronación de Leopoldo II de Austria como rey de Bohemia. En ella, se muestra la imagen de un gobernante recto pero clemente con su pueblo, incluso ante un intento de asesinato contra su persona.

Vitelia, hija del destronado emperador Vitelio, clama venganza contra el nuevo emperador, Tito, de quien además está enamorada. Para ello, utiliza a Sexto, amigo de Tito, que está enamorado de ella, para actuar contra el emperador. Pero cuando Vitelia conoce que Tito ha enviado a Berenice, de quien ella estaba celosa, de vuelta a Jerusalén, le dice a Sexto que espere para llevar a cabo sus deseos, esperando que Tito la escoja a ella (Vitelia) como emperatriz. Sin embargo, Tito escoge a la hermana de Sexto, Servilia, y ordena a Annio que le lleve su mensaje a Servilia. Annio y Servilia están enamorados y, por ello, Servilia le cuenta la verdad a Tito, pero reconociendo que, si Tito insiste en casarse con ella, obedecerá. Tito agradece a los dioses su lealtad e inmediatamente rechaza la idea de interponerse entre ambos.

Al tiempo, sin embargo, Vitelia ha oído el interés de Tito por Servilia, y de nuevo arde de celos y pide a Sexto que asesine a Tito. Casi al mismo tiempo, Annio y el guarda Publio llegan para llevar a Vitelia ante Tito, quien ahora la ha escogido a ella como emperatriz. Ella se retuerce entre la culpa y la preocupación; ya que ha convencido a Sexto que lo mate. Este llega al Capitolio y le prende fuego y hiere a Tito. Pero, la persona a quien hirió no era Tito y la guardia apresa a Sexto como traidor. El Senado juzga a Sexto, al tiempo que Tito espera impaciente que su amigo será exonerado (él no ha podido orquestar este atentado a su persona); pero el Senado lo encuentra culpable y un angustiado Tito debe firmar la sentencia de muerte de Sexto. Tito decide llamar a Sexto, para obtener más detalles de la conjura pero Sexto asume toda la culpa y dice que merece morir. Enamorado de Vitelia, no quiere delatarla. Tito, viendo que su amigo va a morir, y después de una larga lucha interna, decide romper la orden de ejecución de Sexto y decide que si sus detractores quieren acusarle de algo, prefiere que sea de ser demasiado clemente antes que de tener un corazón vengativo.

En el anfiteatro, los condenados, incluido Sexto, esperan ser arrojados a las bestias salvajes pero Vitelia, presa de la culpa, decide confesar todo a Tito y expresa que todo fue orquestado con esperanzas de ser emperatriz. Aunque el emperador queda consternado, la incluye a ella en el perdón general que ofrece. La opera concluye con todos los personajes alabando la extrema generosidad de Tito, mientras que él mismo pide a los dioses que acorten su vida cuando deje de preocuparse por el bienestar de Roma.

La ópera, de corta duración (poco mas de 2 horas), presenta una historia sencilla de base acompañada de once arias entre las que destacan la de Sexto (posiblemente la más conocida de todas), «Parto, parto», interpretada la noche del estreno por Stéphanie d’Oustrac y, la de Vitelia, «Non più di fiori», interpretada la noche del estreno por Myrtò Papatanasiu; ambas actrices perfectas y precisas en su interpretación.

Cabe destacar que, debido a la tesitura vocal requerida en los personajes, la gran mayoría de ellos son interpretados por mujeres. Así, a excepción de Tito Vespasiano (Paolo Fanale y Dovlet Nurgeldiyev) y la guardia de la corte (entre los que se encuentran Matthieu Lécroart y David Greeves), los demás roles son interpretados por mujeres: Vitellia (Myrtò Papatanasiu, Vanessa Goikoetxea y Carmela Remigio), Servilia (Anne-Catherine Gillet y Sara Blanch) y Sesto (Stéphanie d’Oustrac y Maite Beaumont). Todas ellas, son especialistas en el canto mozartiano; mostrando así su virtud ante los vertiginosos ornamentos vocales y coloraturas que Mozart escribió en una ópera llena de dulzor y refinamiento.

En sí, La Clemenza di Tito, se torna una ópera más fría de lo que Mozart nos tiene acostumbrados. Al parecer, su autor quiso expresar la psicología de los personajes exclusivamente en términos musicales, eliminando cualquier pomposidad y mostrando un refinamiento musical y una marcada introspección psicológica.

La Clemenza di Tito puede disfrutarse en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona hasta el 27 de Febrero pero la ópera realizará una segunda visita al teatro barcelonés el próximo mes de Abril (17, 26, 28 y 29).

Crítica realizada por Norman Marsà

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