novedades
 SEARCH   
 
 

22.01.2020 Críticas  
P..a realidad

Andrés Lima lo vuelve a hacer. Teatro documental de precisión. Si la temporada pasada nos dejaba en Shock, esta nos deja otra vez noqueados. La Sala principal del Teatro Español se convierte en la Colonia Marconi o Ciutat Vella. Prostitutas que cuentan su realidad. Dos horas en las no se puede mirar a otro lado. Ha llegado su revolución.

No es fácil hacer teatro documental y no caer en el morbo de la sordidez, el dato escabroso o la escena pornográfica. En manos inexpertas el material expuesto en Prostitución habría sido tratado más como un reportaje de callejeros o del dogma Gloria Serra. Aquí el material sacado de entrevistas a prostitutas se dimensiona de dignidad y reivindicación. No se centra en el fácil recurso del sexo por dinero, en las prácticas sexuales o en la descripción de los clientes. Va mucho más allá. Aquí se habla de la trata de mujeres, de los motivos por las que muchas de ellas caen en las redes de la prostitución. También se explica la violencia de las violaciones y las permanentes secuelas de las mismas. Del miedo a la muerte, las frustraciones, el poder del dinero fácil, los sueños truncados. La prostitución es mucho más que el sexo por dinero, es la ancestral sumisión de las mujeres al mundo de los hombres.

Se vale Andrés Lima de tres actrices desbordantes. Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste. Cada una de ellas dará voz a un buen puñado de prostitutas, de distinta clase. Desde la que ejerce en el polígono a la que lo hace en un burdel. Mayores, jóvenes, con hijos a su cargo, las que quieren salir y no pueden, las que han salido y reinciden, maltratadas, violadas, asesinadas muchas de ellas. España es el tercer país del mundo con más prostitutas, su negocio mueve millones de dinero ilegal. Es hora de mirar de frente a una realidad, y que mejor que hacerlo con teatro puro, con el poder de la palabra y con un montaje electrizante que será recordado durante tiempo.

Carmen Machi sabe jugar sus cartas ganadoras y lo hace sacando toda su artillería pesada. Consigue sacar la carcajada con alguna de sus putas más deslenguadas pero clava el puñal en el momento preciso. Simplemente un lujo ver a la Machi interpretando ese ramillete de personajes reales. Nathalie Poza es la más reivindicativa, fría. Contrapunto perfecto al torbellino de sus compañeras. Carolina Yuste se consagra como huracán. Desbordante cuando está en escena, tripa y vísceras al servicio del montaje.

La música en directo a cargo de Laia Vallés le da al espectáculo momentos de intensidad asfixiante. La escenografía firmada por Beatriz San Juan consigue que nos traslademos a la oscuridad del polígono donde los servicios se hacen y cobran rápidos y en serie. Consigue que veamos la noche en la que una de ellas fue violada por un grupo de hombres. Vemos el burdel y los neones rojos. Iluminación certera de Valentín Álvarez hacen el resto para que la sensación sea real.

Pocas veces un montaje es interrumpido tantas veces por los aplausos espontáneos. Aquí ocurre varias veces, incluso antes de que alguna de las actrices termine alguna de sus intervenciones. El ambiente se carga de electricidad, incomodidad incluso (alguna deserción en el estreno, algún que otro collar de perlas y visón no pudo soportar el baño de realidad). Dar la espalda no significará que deje de existir. Consigue Prostitución que se reflexione y mucho sobre la sociedad, sobre el papel de la mujer, sobre los roles impuestos. Es violenta y dura, no morbosa. Es mirar de frente a un hecho. Inevitable no ponerse en pie al aparecer en la pantalla los rostros de las verdaderas prostitutas que han dado voz al espectáculo. Ovación para ellas.

«Lo peor es que sea tan fácil atentar contra una puta».

Crítica realizada por Moisés C. Alabau

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES