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02.10.2019 Críticas  
El hombre de las mil caras

El imitador y humorista Raúl Pérez trae el espectáculo Raulidad Virtual al teatro Cofidis Alcázar de Madrid, en el que busca hacer una crítica a la sociedad actual ofreciendo al público un sinfín de imitaciones de personajes famosos.

Tras un vídeo de presentación protagonizado por Andreu Buenafuente, el conocido humorista Raúl Pérez aparece sobre el escenario y saluda efusivamente a los espectadores y espectadoras proponiendo el uso de unas particulares gafas – las Gafas de Raulidad Virtual– que permiten ver las cosas tal y como son, sin ningún tipo de filtro. Para ello, despliega todas sus armas demostrando que es capaz de imitar a una multitud de personajes como Iker Jiménez, Luis Piedrahita, Ferreras, Piqueras, Matías Prats, Revilla, Cárdenas, Echenique y, el que para mí es una de sus mejores imitaciones, Pedrerol. Además, crea situaciones muy divertidas reuniendo simultáneamente a muchos más personajes que han sido imitados hasta la saciedad pero que, con su toque especial, logra engancharnos como si fuera la primera vez.

Me resulta admirable la capacidad de Raúl Pérez para imitar casi a la perfección el habla y los gestos de otras personas. Cómo controla su aparato vocal demostrando que su capacidad de imitar no tiene límites. Imagino el intenso y extenso trabajo que habrá detrás de los minutos que el público disfruta sobre el escenario.

Raulidad Virtual no necesita una escenografía muy sofisticada, ya que Raúl Pérez –sobre el escenario y acompañado de sus originales gafas- consigue llenar todo el espacio escénico con sus clavadas imitaciones, apoyándose constantemente en los vídeos que se proyectan en una pantalla gigante situada detrás de él y que sirven para mostrarnos los momentos más desternillantes del show. Y es que uno de mis números favoritos es la canción que utiliza para hablar de las nuevas tecnologías, imitando a una velocidad de vértigo a personajes que nunca habría imaginado.
¡Qué ritmo! Perfecta y cuidada combinación de elementos tecnológicos y escenográficos.

Es cierto que los espectáculos de humor de larga duración no tienen la misma velocidad durante toda la representación pero Raulidad Virtual es ameno y extremadamente dinámico gracias a que su creador da rienda suelta a su talento y a sus habilidades en esta disciplina que, casi siempre, resulta divertida.

Es mejor no desvelar mucho más sobre el contenido del espectáculo ni sobre los personajes a los que imita para que los espectadores se metan de lleno en este juego repleto de crítica y humor.

Uno de los mejores imitadores el momento nos muestra cómo ve la realidad. ¿No os pica la curiosidad?

Crítica realizada por Patricia Moreno

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