La compañía La Mínima estrenó en la Sala Mirador de Madrid By A Lady, de Luiscar Cuevas, como parte de la programación de Surge Madrid. La obra, profundamente simbólica, expresa a través de la danza el duro camino y las dificultades de las mujeres escritoras y su relación con sus compañeros de profesión.
Cuevas dirige a los bailarines Alberto Almazán, Adrián Díaz, Ana Erdozain, Alba González e Inés Narváez quienes se dejan la piel en el escenario en cada coreografía y aportan vida con cada respiración. No hay personajes concretos, hay cuerpos y música, entre los que irrumpe el genio creativo de la escritora pisando fuerte; ante su imagen arrolladora, los otros cuerpos se expanden y contraen, mostrando simultáneamente su admiración y su rechazo, hasta la más pura condescendencia que aparece cuando tratan de cogerla, de rodearla y protegerla, de conseguir su silencio.
Los cinco bailarines comienzan el espectáculo de espaldas al público y se dirigen solemnemente a las siete sillas de colores que se sitúan al fondo del escenario. De fondo, una voz masculina recita un texto que trata de la fractura o el distanciamiento de un grupo de mujeres y sus antiguas reuniones en tiempos mejores, de mujeres pasionales y bohemias que visten de rojo en París y de recuerdos que terminarán por pudrirse.
La combinación de música clásica y sonidos siniestros anuncian la irrupción de las escritoras en un canon literario que se compone fundamentalmente de autores masculinos; en el viaje hasta alcanzar su voz propia y personal, la escritora se ve obligada a imitar a sus compañeros de profesión, a neutralizar la diferencia, el talento y la originalidad, a adaptarse, a adoptar posiciones incómodas; así lo vemos cuando las tres bailarinas observan a sus dos compañeros bailar mientras ellas solo pueden comentar la escena, o cuando bailarina y bailarín se acomodan a las sillas y compiten con posturas y malabarismos sobre ellas.
Los intérpretes también construyen este viaje a partir de la lectura en voz alta de postales de dos personas que se encuentran en sitios diferentes. Esta comunicación servirá de enganche entre mujeres y hombres, planteando la posibilidad de conexión y entendimiento entre ambos. El hombre queda desnudo entre sonidos que parecen provenir de una casa vacía, fantasmal, ante la inevitable presencia de la mujer escritora desafiante, poderosa, en forma de bailarina de cabaret, con vestido negro con alas, bañada en plumas de colores, que harán juego con las sillas de colores en las que no le permitían sentarse en un principio.
By A Lady es movimiento de cuerpos, de extremidades, de articulaciones, de cabellos y de pasiones, choque de genios. Un homenaje a las mujeres escritoras de todos los tiempos y a su fuerza y su espíritu luchador. Un espectáculo de danza hipnotizador, guiado por el sentimiento, bellísimo, que desprende amor por la literatura y reflexiona sobre la riqueza del obstáculo y la liberación femenina, que convierte las palabras cotidianas en la sensación de vacío más profunda y las transforma en la necesidad de escribir. Una mirada al futuro, inspiradora y feroz. Y es que no se puede silenciar el genio cuando habla, cuando llama fuerte, ni en otros tiempos ni ahora.
Crítica realizada por Susana Inés Pérez
