Hace 20 años se estrenaba por primera vez RENT en Barcelona, en el extinto Teatre Principal. Una auténtica revolución; ya que hacía sólo 3 años que triunfaba en Broadway. Un hito que aglutinó a una generación de excelentes intérpretes (a varios de ellos nos gustaría verles más a menudo, por cierto).
20 años después, RENT vuelve a la cartelera Barcelonesa con Daniel Anglès (Mark Cohen en aquella ocasión, director en ésta) como el gran nexo entre ambos montajes. La excusa era perfecta. Todos deseábamos ver, disfrutar y enloquecer, con una posible visita inesperada de parte del elenco original del montaje de la ciudad condal de forma espontánea; pero ellos tenían algo diferente en mente. Convertir esta idea en una excelente ocasión para recordar aquél momento. Aquella temporada del ’99.
Si se quería homenajear aquel inicio de RENT, lo fácil (para los espectadores ya hubiese sido algo digno de ver), era disfrutar de un bis final con parte del elenco original. Pero el sentido del espectáculo de Anglès y, creo que, su sensibilidad y vinculación con su “familia” de entonces y esa conexión vital con RENT, le ha llevado a ofrecer algo diferente. Algo más allá de lo trillado. La ocasión perfecta para, con la calidad acostumbrada que nos ha maravillado y estando en casa (en lo que queda del Paral·lel), nos maravillara con lo inesperado. La función del pasado martes puede parecernos una función especial más, pero anuncian esto en el West End, y algunos hubiéramos cogido un avión casi sin pensarlo.
La expectación se respiraba en un Onyric Teatre Condal hasta la bandera; acompañado con ese ligero retraso de los días especiales.
Se apagan las luces y RENT se inicia como si de una función habitual se tratara, con la presentación a cargo de Mark (Iñaki Mur, fantástico pese a padecer, diría, alguna leve afección vocal a la que se sobrepuso) hasta que Anglès irrumpe en el escenario retomando el papel y presentando a “su” familia. Aparecen los bohemios del ’99: Ignasi Vidal, Pablo Puyol, Sandra de Victoria, Jorge Fernández-Hidalgo, Joan Vázquez, Marta Capel, Mònica Vives, Miquel Fernández… Primer gran aplauso de la noche; preludio de los que vendrán…
Y empezó la magia… Con una fluidez que nos dejó embelesados, como si hubiesen podido ensayarlo con suma tranquilidad, el reparto original y el actual se intercambiarán los papeles en determinadas escenas. Lo maravilloso, y lo que pone en valor el trabajo de dirección, la implicación y talento de todos ellos. No se trataba de transiciones de un actor a otro, dándose el relevo. No. La Mimi, Roger, Mark, Benny… de entonces compartían el papel en la misma escena con el elenco actual, uno cantando y el otro interpretando al personaje con sus movimientos, sentimientos y expresiones.
Vibramos viendo esa maravilla nacida del respeto a la obra, a los compañeros y al público. Lo de ayer no iba de egos ni dos de pecho, sino de revivir y seguir lanzando al presente (no day but today) el mensaje de RENT. Y sí, claro, un número final con todos juntos donde, ¡aquí sí1, fue una fiesta. Antes, el necesario homenaje a un ausente, Jano Fuentes.
Y volvemos al inicio, finaliza la obra, aplausos entusiastas y fin. Y es que, para mí, el gran mérito de esta grandiosa noche fue que no se trató de una fiesta para consumo interno de los intérpretes ni un fanday. Lo que disfrutamos, nos emocionó e hizo vibrar fue la fuerza, calidad y talento de una representación de RENT a cargo de talento puro; el del ’99 y el del ’19.
Crónica realizada por Hebert Parodi
