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03.05.2019 Críticas  
La fuerza de las sombras de Sara Baras

La bailaora Sara Baras trae a Barcelona su último espectáculo, Sombras. Un viaje a la esencia del flamenco y a reflexionar sobre los contrastes de nuestra existencia. Una propuesta que deja el corazón a carne viva gracias a la suma de la danza de Sara Baras y su balé flamenco junto con los textos de Santana de Yepes.

Para esta ocasión y conmemorando los 20 años de creación de su compañía de flamenco, Sara Baras propone con Sombras un viaje a través del tiempo, de los colores, los contrastes entre silencio, bullicio, luz, sombras y soledad.

¿Alguna vez has reflexionado sobre qué representan las sombras? Puede haber mil respuestas según quién responda. Para el público del Teatro Tívoli esta noche solo hay una respuesta válida: es aquella maravilla que transcurre entre los focos del escenario y una pared proyectada de siluetas de bailarines y la de la propia Sara Baras, que se dejan el alma en cada gesto y cada mirada.

El espectáculo Sombras está cuidado al más mínimo detalle, desde la música, que viajará desde el flamenco más tradicional hasta alguna que otra fusión, hasta el delicioso vestuario. Sin olvidarnos de la escenografía que, respetuosa con el juego de luces y sombras que los bailaores crearán en el escenario, lucirá varias creaciones creadas especialmente para la ocasión por el malagueño Andrés Mérida. Todo ello una mezcla sutil de lo tradicional con la modernidad sin llegar a extremos peligrosos, la perfecta combinación para hacer de la siguiente hora y media una experiencia sobrecogedora.

Sombras empieza su relato de 13 coreografías con la farruca, un baile pensado por y para hombres que Baras empezó a bailar valiente hará ya 20 años. A partir de ahí, se abre la veda para experimentar con distintos palos del flamenco, diferentes maneras de hacerlo brillar entre las sombras de cada uno.

Así, baile tras baile, la creadora del espectáculo Sara Baras, junto a su compañía de bailaores y el conjunto musical de cantaores, cajones y guitarras, nos lleva del más absoluto desasosiego hasta un cierto romanticismo sin pestañear.

Ceño fruncido, cuerpo crispado, taconeos frenéticos y giros interminables mantón en mano, el espectáculo va evolucionando para acabar en todo un frenesí de cantes y filigranas que dejará al público boquiabierto. Un recital variado, completo, que tiene como hilo conductor los versos de Santana de Yepes, que reflexiona sobre los claroscuros con la voz en off de la bailaora.

Mención especial a los dos cantaores que acompañan el espectáculo, Rubio de Pruna e Israel Fernández, que acaban de crear la atmósfera perfecta para que tanto amantes del flamenco como profanos en la materia disfruten del espectáculo y dejen a un lado su propia sombra para sumarse a las sombras de Sara Baras.

Crónica realizada por Bea Garrido

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