Natalia Calderón derrocha pasión por la poesía y la música en 27, un cabaret particular que representa en el Teatro Alfil de Madrid. Acompañada por Pedro Arriero al piano y Álvaro Llorente al chelo, recita, baila y canta los versos y vidas de los poetas de la Generación del 27 a ritmo de jazz, intercalando sus propias vivencias con las de aquel grupo de artistas soñadores.
Calderón aparece en escena sentada, con aires bohemios, libro en mano; lleva un atuendo vintage con un toque moderno. En el escenario, además de los instrumentos, unas cuantas luces colgantes, que crean la atmósfera literaria e íntima, y un atril rodeado de pequeñas luces, que la actriz y cantante encenderá previamente a comenzar su recital y concierto.
27 explora especialmente la obra y hazañas de las poetas, ausentes en las antologías y los libros de bachillerato, habla de ‘desmemoria’ y ‘olvido’, de la artista del cine mudo Clara Bow, de la deportista y escritora Lilí Álvarez, de la música Rosa García Ascot y de la bailarina Joséphine Baker. Nos sorprenderá no haber escuchado algunos de estos nombres, a pesar de sus grandes logros.
Toda una lista de mujeres polifacéticas con ganas de vivir y cambiar el mundo en el tiempo que les había tocado vivir. No podía faltar una explicación sobre el origen del término de ‘las Sinsombrero’, que, aunque no desvelaré, está muy relacionado con el atrevimiento de las artistas y su apariencia en sociedad.
Calderón empieza por mencionar a Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín y a Lucía Sánchez Saornil, entre otras, y se encarga de que los versos de estas poetas brillen y resuenen en nuestros oídos, meciendo cada palabra y frase con cuidado y respeto, ralentizando el ritmo hasta provocar estallidos de emociones, de marcado carácter ideológico en ocasiones. Asimismo, incluye los versos de Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, César M. Arconada, Dámaso Alonso o Gerardo Diego.
Destaca la protesta contra la guerra y el fascismo durante la lectura del poema “Tristes guerras” de Miguel Hernández; también el tono esperanzador y luchador del poema “Sinfonía en rojo” de Elisabeth Mulder, que finaliza casi entre gritos, bajo una luz rojiza parpadeante. Calderón se emplea a fondo con los poemas de Josefina de la Torre, que considera, a título personal, uno de sus referentes y una de sus poetas favoritas. Además, logra reflejar en escena la osadía de estas mujeres intelectuales modernas, de una sensualidad y transparencia infinitas, tal y como muestra con el poema “Amor” de Carmen Conde, mientras despliega todas sus armas de seducción.
El espectáculo consta de dieciocho poemas de artistas de la Generación del 27, hombres y mujeres, que Calderón integra en un hilo narrativo, entretenido y sin fisuras, a partir de detalles sobre su historia y la historia de España; intuyo una labor de documentación exhaustiva, ya que la artista utiliza fuentes y publicaciones en antologías, libros de ensayo, periódicos y revistas, entre las que se encuentran la obra sobre las Sinsombrero de Tània Batlló, las ideas, reflexiones y críticas de la filósofa y escritora María Zambrano o de Ramón Gómez de la Serna, principalmente sobre la llegada e influencia de la música jazz en España.
27 es un espectáculo multidisciplinar, reivindicativo y necesario; una llamada al arte y al amor. Y es que ya lo dice Calderón en escena, citando las palabras de otra autora: “el amor es la palabra más empleada y la menos realizada”. Si bien el montaje podría perder fuerza durante su segunda mitad, la expresividad, vitalidad y presencia de Calderón compensa estos posibles momentos más planos o repetitivos, ayudando al espectador a participar de la dinámica preestablecida. Para terminar: un fin de fiesta espectacular, alegre, inspirador, que anima a releer los poemas en la soledad.
Crítica realizada por Susana Inés Pérez