Carlos Bolívar dirige e interpreta Los creyentes, que podrá verse los viernes de abril en El Umbral de Primavera de Madrid. El monólogo es toda una disertación sobre el tema del amor a partir de textos de Houellebecq, Kundera y Kawabata, entre otros.
En el escenario vacío divisamos el cuerpo desnudo de Bolívar, que nos da la espalda, bajo una luz azulada. A continuación, el actor se viste y aparece de nuevo en escena con un carrito de la compra; sin interrumpir su discurso, comienza a colocar los útiles que saca de su interior a ambos lados del escenario. Para sorpresa del espectador, se prepara para planchar.
Bolívar acompaña tareas cotidianas y domésticas, reconocibles al espectador, de reflexiones filosóficas y complejas y, por momentos, elevadas. La intensidad de sus palabras despierta el interés y la atención del público, que queda hipnotizado con cada uno de sus gestos mientras trata de comprender y termina por acostumbrarse a la singularidad del espectáculo.
El amor se convierte en un tema de conversación, en un enigma y una preocupación cotidiana, conocido y desconocido a partes iguales, analizable desde múltiples puntos de vista. Durante la segunda parte del espectáculo, predominará el tono sarcástico y más bien cómico, especialmente a partir del momento en que el actor se prepara un batido poco apetecible y se refiere a las canciones románticas de Julio Iglesias, José Luis Perales y compañía como “música para planchar”. A ello le sigue un recital particular, un estudio particular de las letras de estas canciones, que deviene en una crítica mordaz de la idea general del amor romántico y su traslado al ámbito más superficial y cotidiano.
Por otro lado, Bolívar compara el idilio entre un perro y su dueño con el amor imperfecto e inconstante entre dos seres humanos, advierte sobre las ansias de posesión de otro ser humano y sobre el deseo de tener hijos como forma de suplir la insatisfacción personal. Asimismo, incluye apartes en que confiesa sus amores platónicos y vivencias personales, llegando a asociar el amor con la comida.
Lo que en principio parecía una visión pesimista, escéptica y cruda del amor, de la institución del matrimonio y de la hipocresía y el egoísmo del ser humano termina por convertirse en un discurso expositivo y contradictorio, en una lucha entre emoción y razón, entre amor sexual y amor espiritual, en un grito desesperado de aquel que sufre la soledad, en una búsqueda de un amor idealista, valiente y sin reservas, incondicional y desinteresado, superador de “lo que oculta nuestra desnudez”.
Los creyentes es una reflexión fundamentalmente existencial; una invitación a indagar en nuestras creencias más arraigadas y nuestro ser más profundo; un monólogo cercano a la perfomance entretenido, original, rebelde e incómodo, en el mejor sentido de la palabra, que desafía el concepto de amor de cada espectador, proponiendo una visión global de los diferentes tipos posibles y desde todos los ángulos a partir de las voces de aquellos autores y pensadores, clásicos y contemporáneos, que una vez se atrevieron a definirlo.
¿Cambiaremos de opinión tras escuchar a Carlos Bolívar o nos aferraremos aún más fuerte a lo que pensamos? ¿Consideraremos un amor materialista o interesado? ¿Es el amor verdaderamente un hecho extraordinario? Es turno del espectador.
Crítica realizada por Susana Inés Pérez
