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31.03.2019 Música  
Un concierto lleno de L-O-V-E

Ruth Lorenzo llenó de amor el Teatre Coliseum de Barcelona el pasado viernes 29 de marzo. Dentro del marco del Festival Mil.lenni, la cantante presentó su nuevo directo basado en los temas de su último disco Loveaholic.

Tras 15 minutos de espera, las luces del Coliseum se apagaron para abrir el telón y mostrar tres pantallas blancas y un total de 5 músicos (no instrumentos) preparados para darnos una dosis de amor en forma de música.

El humo escénico llenaba la sala mientras la palabra amor, roja sobre fondo blanco, iniciaba su vuelta al mundo idiomática. Cada país representado en una sola palabra: amor. Así empezaba Loveaholic.

Bodies fue la canción escogida para empezar el show. Con un derroche de voz y potencia como se esperaba, Ruth Lorenzo lo dió todo en la primera canción. Se ganó con creces al público en un inicio atómico. Seguidamente cantó su sencillo Amanecer, en el que rompe con frases tan contundentes como «y no dejes que jamas tu corazón se vuelva de piedra. Las noches se hacen largas y cuando menos lo esperes volverá a amanecer»; para mezclarlo, en su final, con “who wants to live forever” de Queen.

Tras ello, llegaron las presentaciones oficiales e indicó que Loveaholic había sido un aprendizaje. Un disco lleno de canciones de amor: «a veces las historias de amor marcan y son dolorosas. Tras años de lucha, sané mi primer amor con esta canción y pudimos empezar de nuevo». Así, Ruth Lorenzo presentaba la tierna The first man, canción dedicada a su padre.

Tras ella, la locura impregna de nuevo el escenario con la canción que da título al álbum Loveaholic. De nuevo, la voz de Ruth Lorenzo resuena en las paredes del teatro para dejarnos sin palabras. El público acaba en pie y la cantante agradece que aún haya publico al que le guste el blues.

“¿Hay mucho freak en la sala?”, preguntaba. Tras hacer una pequeña broma con tazas de porcelana china, Ruth dedicó su canción Freaks a toda la gente única. Porque ser freak no es raro.

«Una vez me dijeron que no mintiera nunca o me pillarían, ¿verdad, mamá? Me lo tomé al pie de la letra y desde ese día soy muy clara en todo. Tampoco me gusta que me mientan. Por ello ¡cuidado!, porque aunque te enamores, yo corto rapido», decía. El primer single de Loveaholic, ‘Good girls gone bad’, suena en el escenario y las primeras filas de platea se desatan.

Tras un inicio de alto nivel vocal, la cantante se retira a cambiar su vestuario y descansar vocalmente mientras suena una sentida composición al piano interpretada por Miguel Sala.

Tras unos minutos, la cantante vuelve al escenario para acercarse a su pianista y alabar su trabajo. Tras ello, juntos, interpretan una tierna y sencilla pieza que reza «La oscuridad vuelve mis deseos. Me hace recordar murmullos de tu ausencia».

«Cuando piensas que todo está perdido, ahí, es cuando mostramos quienes somos ante la adversidad. En este momento escribí una canción. Una canción que esperó en mi cajón hasta que alguien creyó en mi, me cogió la mano y me dijo… ¿Nos vamos a Eurovisión?» Con esta historia introductiva, Ruth Lorenzo cantó su tema más internacional, Dancing in the rain, realizando una nueva versión dulce e íntima acompañada del piano.

Tras ello, presentó a Miguel Sala (pianista). Indicó que desde que se conocen, no han dejado de componer. Tras ello, explicó la historia de Ari, una chica de 16 años de edad amiga de la familia de Miguel que enfermó de cancer. Su familia luchó por ella hasta el final, consiguiendo traer un tratamiento para la leucemia. Lamentablemente Ari ya no está pero su familia sigue luchando contra el cáncer creando una fundación en su nombre, ayudando así a todos los jóvenes que sufren esta enfermedad. Miguel y Ruth crearon una canción en beneficio de la fundación: When we get to heaven (Cuando llegue al paraíso). Un momento íntimo de la noche en el que Ruth quiso acercarse más al público cantando desde la escalera del escenario.

Aprovechando este momento íntimo cerca del público, Ruth Lorenzo pidió a Víctor Sala, hermano de su pianista, que subiera al escenario con ella e interpretará junto a su persona Send in the clowns del musical A little night music, como suelen hacerlo cuando se juntan en las noches musicales con la familia. El público agradeció la interpretación.

Tras ello, Ruth Lorenzo desapareció para realizar un nuevo cambio de vestuario y encarar la recta final del show.

Ataviada con un body de flecos rojos, Ruth nos deleitó con su parte más salsera, interpretando Spanish guitar, acompañada de un sobresaliente trompetista (bravo) y una versión del clásico de los Gipsy Kings, Bamboleo, bambolea, con el que aprovechó para mover todos los flecos de su vestido.

Seguidamente, y guitarra en mano, cantaba Flamingos y Moscas muertas para finalizar su concierto con Another day, una canción que escribió en su estancia en Londres y que no convenció a su antigua discográfica. Ahora, con la guitarra invitada de Jeff Beck, la cantante quiso incluirla en su último álbum.

Tras despedirse, Ruth Lorenzo volvió vestida de una forma más rockera para interpretar los bises del concierto. No dudó en sentarse a la batería e interpretar la primera parte de su Gigantes. Al final de la canción nos sorprendió bailando junto a un grupo de cinco bailarinas. El concierto acabó con Bring back the new, un canto positivo al amor y todo lo que está por venir.

Crónica realizada por Norman Marsà

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