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20.03.2019 Críticas  
Vida y muerte del capitalismo

«No se tira nada, todo se vende. Tarde o temprano se vende». Con esta canción (sí, has oído bien, canción), se inicia el espectáculo Lehman Trilogy. La obra ha llegado al Teatre Lliure de Barcelona para mostrar su perfección en la ejecución de un texto que ya habíamos disfrutado anteriormente en la ciudad condal y que ahora se nos presenta de una forma renovada y sorprendente.

A mediados del 2016 La Villarroel presentaba, por primera vez en Barcelona, la obra Lehman Trilogy. Una obra que nos explicaba el nacimiento y muerte del Banco Lehman Brothers de Nueva York. La oportunidad de negocio de una familia judía levantaba un imperio de la nada para convertirlo en el primer banco mundial donde sustentar la economía de un país. La crisis económica mundial del 2008 hundía este sueño. Como suele ocurrir en el mundo teatral, poco tiempo transcurrió hasta que un dramaturgo (el italiano Stefano Massini) decidió darle forma de texto para ser interpretado sobre las tablas de un teatro. Tres generaciones Lehman, algo más de 150 años de historia, condensados en 150 minutos y 6 actores.

Esa primera toma de contacto con el mundo teatral de Lehman Brothers se tradujo a en un texto maravilloso con unas interpretaciones dramáticas que nos dejaron a todos sin palabras. Un ejercicio teatral que, en forma de tragicomedia, como decía nuestra compañera Diana Limones en su crítica: «Ya es para mí una brutal obra maestra del 2016».

Ahora, tras su estreno en los Teatros del Canal y su gira por la geografía Española, llega al Teatre Lliure una nueva versión con base musical (y digo base porque, aunque el espectáculo utiliza la música y canto recurrente en varias partes del espectáculo; no es en sí un musical) de esta historia dirigida por Peris-Mencheta. Porque si algo sabe hacer Peris-Mencheta con las obras que dirige es sorprendernos. Si para ti Lehman Trilogy es una tragicomedia dramática; ¡olvídate!. No es lo que vas a ver en las tablas del Lliure de Montjuïc.

Efectivamente, la base es el texto de Stefano Massini, como no podía ser de otra manera, pero la presentación de la historia ha cambiado. El drama trágico y la comedia siguen estando presentes pero en una forma totalmente diferente. Mezclada con el canto, el baile y los chascarrillos pegadizos que te dejan sorprendido desde la primera parte de esta obra presentada en una trilogía capitular.

Lehman Trilogy es la historia del capitalismo a ritmo de un trepidante musical. No hay momentos de respiro más allá de los dramas marcados por el paso del tiempo en forma de muerte de los personajes. Solo en esos momentos, la obra que nos presentan en el Teatre Lliure, se permite un momento de descenso en tiempo y forma.

Este tiempo escénico tan bien marcado por su director, hace que los 6 actores realicen un trabajo digno de cualquier premio. No hay ninguno que flaquee, que titubee, que tenga opción a perder la concentración dentro de sus múltiples personajes. Con solo 6 actores conseguimos disfrutar de casi 120 personajes, algo inusual. Y todo ello, sin perder el ritmo marcado. Perfecto ejercicio actoral de Oscar Martínez, Ferran González, Pepe Lorente, Darío Paso, Leo Rivera y David P. Bayona, quienes hacen que disfrutemos de personajes muy bien dibujados y marcados que, acompañados en contadas ocasiones de música en directo (realizada por ellos mismos), hacen que vivamos de primera mano la historia del origen de los Lehman en America del norte. ¡Bienvenidos al originen y quiebra del capitalismo!

Todo rueda a la perfección en Lehman Trilogy. Sobretodo la escenografía de Curt Allen que evoluciona a la par con la economía de los personajes y el tiempo escénico. Así, la misma escenografía se transforma en cada una de las partes de la obra: pasando de una pobre estructura metálica en los inicios de la historia; a una sofisticada estructura de luz y color en la segunda parte del show, remarcando el alzamiento de la economía propia de los Lehman; para finalizar transformada, en la tercera parte, en una estructura que nos recuerda a una atracción de feria antigua (estilo tren de la bruja) donde todo está a punto de desmoronarse de una forma tragicómica. Un gran trabajo de Curt Allen que despierta nuestra curiosidad con cada transformación que sufre.

Por otro lado, la iluminación de Juan Gómez-Cornejo y el vestuario de Elda Noriega son impecables. El primero consigue transmitir de una forma espléndida lo que ocurre en escena y juega de una forma perfecta con la escenografía creada para la función. Por la parte del vestuario, es un placer ver cómo se juega con el estilo y evolución del personaje en una obra que reduce 150 años en tan solo 3 horas con un vestuario acorde que traspasa décadas sin que nos parezca extraño. Solo eché de menos esos bigotes y barbas de los inicios del montaje que, aquí, solo Leo Rivera mantiene y que daban ese toque clásico y chic a los personajes con sublime gusto.

No quiero dejar esta crítica sin mentar que la música utilizada en esta adaptación es, siempre, música original creada para el espectáculo por Litus Ruiz, Xènia Reguant, Ferran González y Marta Solaz. El cuarteto de compositores ha sabido adaptar una historia complicada jugando con música original para poder darle una forma sorprendente, inesperada y fresca que ayuda a destensar el drama de la historia.

Lehman Trilogy es una obra que presenta todo lo bueno del teatro: gran escenografía, iluminación, vestuario, actuaciones, dirección, música… No hay nada que chirríe, no hay nada que sobre o falte. Sí, son 3 horas de función pero vale la pena dejarse caer por el Teatre Lliure de Montjuïc para disfrutar de semejante trabajo teatral. ¡Bravo!

Crítica realizada por Norman Marsà

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