Hace 57 años que Robert Aldrich rodó ¿Qué fue de Baby Jane? con Bette Davis y Joan Crawford, una película que se convirtió en éxito de taquilla y que fue nominada a 5 Oscars. La rivalidad durante el rodaje de las divas de Hollywood que la protagonizaban se hizo tan famosa como la propia película y ahora podemos conocer de cerca los detalles en el Teatre Akademia de Barcelona.
Jean Marboeuf escribió Què va passar amb Bette Davis i Joan Crawford? inspirado en anécdotas y hechos reales que ocurrieron en ese rodaje para llevar al escenario de un teatro esa conocida enemistad que quedó entre ellas hasta el final de sus días. En esta dramaturgia los encuentros de ambas se producen, no físicamente, sino a través de imaginarias cartas que se envían entre ellas y al director donde se evidenciaba el orgullo de ambas mujeres, el desprecio que ambas se mostraron y el enfrentamiento que mantuvieron en una época en que, además de luchar entre ellas, tuvieron que luchar para mantener un sitio en una industria dominada por hombres.
Guido Torlonia, director artístico del Teatre Akademia, fascinado por la película de Aldrich y por la influencia que aún ejercen a día de hoy estas dos estrellas, retoma esta pieza de Marboeuf y la lleva a escena para recrear a estos dos personajes fascinantes y para transportarnos a aquella época dorada.
A priori, la propuesta es atractiva para los amantes de teatro y cine, sobretodo por la curiosidad de poder conocer de cerca los acontecimientos que se vivieron detrás de las cámaras durante la realización de este clásico. Además, cuenta con dos grandes actrices como son Vicky Peña y Carme Elias para interpretar a Davis y Crawford respectivamente. El montaje, sin embargo, no acaba de parecernos redondo del todo, quizá por el ritmo demasiado lento que gasta o por la excesiva impostura de sus personajes. Sí que podemos destacar el trabajo de la Elias, quien consigue presentar a una Davis carismática y sincera, a pesar de su polémico carácter. Aún y así, el material de base es bueno; la idea de presentarlo a través de escritos intercambiados por Davis y Crawford y tenerlas todo el tiempo cara a cara pero sin hablarse es original y sugerente.
Además, cuenta con un espacio escénico diseñado por Sebastiá Brosa, que siempre acierta, y quien junto a Paula Bosch ha recreado dos camerinos ricos en detalles del Hollywood de los 60 que, ciertamente, genera cierto magnetismo en cuanto entras a la sala. El vestuario de Gloria Viguer y la caracterización de Helena Fenoy y Marta Ferrer son también positivamente destacables, reconociendo que con un trabajo tan bien hecho como este, como conjunto la obra se hace de un visionado agradable e interesante.
Es una propuesta que nos traslada a otra época, que revive curiosidades que son interesantes para el espectador que conoce la obra de ambas actrices y que será entretenida para el público al que le apetezca conocer mejor las tripas del artificial Hollywood que tantos gustos y disgustos sigue dando.
Crítica realizada por Diana Limones
