Había ganas de que volviese el Proyecto Zarza al Teatro de la Zarzuela, y había aún más ganas de ver el resultado de La Verbena de la Paloma, a las riendas de Pablo Messiez. El resultado: éxito.
Una de las zarzuelas más emblemáticas del repertorio patrio, con música de Tomás Bretón y libreto de Ricardo de la Vega, adaptado libremente por Pablo Messiez, traslada La Verbena de la Paloma a un festival de instituto en el que, por un fallo en la programación, confluyen todas las actividades a la vez, y en este caos organizativo, acontecen los devaneos amorosos de los jóvenes protagonistas.
Un equipo como Óliver Díaz en la dirección musical, Paloma Parra a la iluminación, y Elisa Sanz diseñando una cinematográfica escenografía que nos traslada a ese mundillo highschoolero de gradas, camisetas de tirantes, y calor, que es lo que marca el carácter de esta versión que firma Messiez, y que aboca a los protagonistas a actuar movidos en esa sensación de sopor, irrealidad y desvarío al que nos transporta la subida de temperatura ambiente y corporal.
Siendo quizás esta edición del Proyecto Zarza la que está teniendo más repercusión mediática, por presencia en redes, boca oreja o difusión a centros escolares, me sorprende que La Verbena de la Paloma sea la entrega más conceptual de todos los estrenos del proyecto. El movimiento coreográfico de toda la primera parte y la delicadeza del texto versionado por Messiez, con esas referencias a los instantes y al paso del tiempo, son los mejores momentos de la función, y en los que el público adulto puede disfrutar más (sin ser este su público objetivo).
El uso del color y la contraposición con ese genial “choque cultural” con los protagonistas originales de La Verbena de la Paloma, y la coralidad del elenco, con voces a la altura de los más veteranos, nos garantiza que el Proyecto Zarza está más vivo que nunca, nos asegura continuidad, y a pesar de quizás una carencia de ritmo o de un mensaje que cale en la joven audiencia, no me canso de repetir que viva la zarzuela y que viva el Proyecto Zarza.
Crítica realizada por Ismael Lomana
