novedades
 SEARCH   
 
 

31.01.2019 Críticas  
«¿Tenemos vuestro consentimiento?»

El Teatre Lliure de Barcelona nos presenta AÜC. El so de les esquerdes; un montaje duro y directo de Carla Rovira y Les Impuxibles que pudo verse la temporada pasada en La Seca Espai Brossa y que ha llegado, al Lliure de Montjuïc, con entradas agotadas para todas las funciones. Una propuesta necesaria y reinvindicativa con la sociedad en la que vivimos.

Si tienes la gran suerte de acudir al Teatre Lliure a ver AÜC. El so de les esquerdes y no sabes exactamente a lo que te enfrentas, ten en cuenta que vas a acabar «chocado» (por decirlo de una forma sencilla). Si sabes perfectamente de lo que habla el texto y conoces a la compañía Les Impuxibles, te aseguro que también, sin dudarlo, vas a acabar «chocado». No importa que sepas que vas a ver. El trabajo que el grupo teatral realiza en el escenario del Lliure es más que sorpresivo e inesperado.

Iniciando la obra con la contundente frase: «¿Tenemos vuestro consentimiento?», los asistentes empezamos a ver por donde va a ir la obra. Pero, aun tener conocimiento de la sinopsis y del montaje en sí, hay momentos que nos desfiguran el rostro y el alma. Momentos en los que no sabemos qué hacer, cómo reaccionar y, por dios, menos mal que no tenemos que hablar.

AÜC. El so de les esquerdes nos presenta a cinco intérpretes en escena (Júlia Barceló, Olga Lladó, Ariadna Peya, Clara Peya y Maria Salarich) con una implicación totalmente activa en el montaje. Ellas, las cinco, interpelan al público de una manera directa. En sí, no interpelan al público sino que, más bien, interpelan a la sociedad. Una sociedad que parece por momentos dormida ante un infierno demostrable.

¿Es AÜC una denuncia abierta? En parte sí pero mostrando la raíz del problema. Clara Rovira ha sabido como crear un texto directo que evita el debate innecesario en la dramaturgia. Un debate que, seguramente, tendrás tú mismo a la salida ya sea con tu acompañante o contigo mismo. Un debate que durará días.

AÜC. El so de les esquerdes es un texto de rechazo. No hay ataque en ningún momento. Lo que vivimos, lo que viven en escena, es una muestra de una pequeña gran parte de la sociedad. Ellas no tratan de justificarse; no tratan de atacar por lo ocurrido. En pro de la víctima, se cuestionan así mismas: «¿Qué hice?. ¿Porqué lo hice?. Yo no quería. ¿Porqué no dije que no?». Ante tales palabras, no hay más que un silencio cortante en el público solo velado por la música al piano de Clara Peya y la experimentación a través de bucles musicales mezclados con una batería eléctrica.

AÜC trata temas tan punzantes como el patriarcado, el mirar a otro lado, la poca conciencia social, el silencio, la comprensión de una acción aberrante. Una situación que la sociedad quisiera olvidar y ignorar en lugar de arreglar. No, no arreglar, lo ocurrido no se puede arreglar. Educar.

Es de agradecer que Carla Rovira haya hecho este difícil trabajo en una dramatización y un texto directo, sin suavizar y rompedor. En estos temas, no hay que ser políticamente correcto sino que hay que mostrar esa crudeza intrínseca para que la sociedad se dé por aludida y vea lo que sus ojos y oídos evitan.

Las escenas son duras. Cada una presenta una situación que, contactada en voz de la actriz, es desgarradora. Júlia Barceló, Olga Lladó, Ariadna Peya, Clara Peya y Maria Salarich (y la voz en off de Abril Frías), nos presentan retazos individuales de una situación que una mujer (ya sea niña, joven o adulta) ha vivido y que nunca debería haber sufrido.

AÜC. El so de les esquerdes es una obra necesaria que provoca un sentimiento que hace pensar. Esa espina en el corazón que nos hace cuestionarnos una parte del mundo que no desearíamos tener que ver pero por la que no estamos haciendo nada para erradicar. Su interpretación hace que nos convenzamos de la necesidad de participar en el cambio, de luchar codo con codo contra ello. Porque esto no es un problema de las mujeres. No es algo que deban solucionar solas. Es algo que la sociedad, hombres y mujeres, debemos combatir. Y para ello, hay que participar en el cambio.

Crítica realizada por Norman Marsà

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES