Hay muchas maneras de acercarse a la vida y obra de Federico García Lorca, pero pocas conjugan de una manera tan sabia lo académico, lo vital y lo artístico como el montaje que ha creado Pep Tosar, que tras una larga gira ahora se representa en el Teatre Romea de Barcelona (esa donde la Xirgu estrenó tantos Lorcas): Federico García.
Y el título ya es un primer y preciso indicativo de la ruta que va a seguir el espectáculo. Más allá del personaje y del hito al que conocemos universalmente por su segundo apellido, Lorca, Federico García nos da las claves para conocer a la persona que había detrás. Desde su infancia a su muerte, pasando por la Residencia de Estudiantes de Madrid, los hitos teatrales en Barcelona, La Barraca, Nueva York… Lo hace fusionando música, cante y baile flamenco con el recitado de sus poemas pero sobre todo de sus textos biográficos (Pep Tosar da voz a Lorca, además de Dalí o Buñuel, al que ya interpretara en la serie El ministerio del tiempo), más otro 50% vinculado a un documental, una proyección audiovisual con entrevistas a expertos en Lorca, entre los que destaca sobremanera el profesor de literatura Domingo Ródenas.
Mariola Membrives, experta en flamenco y jazz, es la voz ideal para arropar y a ratos conducir el espectáculo con su cante. Pol Jiménez es el bailarín perfecto para encarnar al poeta, con zapateados furiosos y técnicos y una presencia lánguida, distante o entregada; hombre, artista e incluso caballo lorquiano, según requiera cada momento.
Es difícil circunscribir Federico García dentro de un tipo concreto de espectáculo. Tampoco Lorca era fácil de circunscribir: el arte era arte, e incluso él era consciente de que mucho de lo que escribía para la escena estaba avanzado a su tiempo. Lo que ha conseguido Pep Tosar es alejarse del mártir y del héroe, y recuperar a la persona y al artista genial, al hombre dudoso y al talento desbordante. Con una sensibilidad exquisita, ha sabido encarar los poliedros infinitos de Lorca y hacer la presentación definitiva de su persona.
Sin duda, uno de los espectáculos indispensables de este 2019.
Crítica realizada por Marcos Muñoz