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12.12.2018 Críticas  
Luces y sombras de una rebelde

El autor y director Carlos de Matteis reflexiona sobre el amor, el sexo y la muerte en Yo decido, monólogo protagonizado por la actriz Marina Skell que podrá verse hasta el próximo 24 de febrero de 2019 en la Sala Plot Point de Madrid.

La obra se centra la narración de Renata, una profesora universitaria con las ideas muy claras, a medida que recuerda los momentos y decisiones fundamentales de su pasado y se reafirma en sus creencias, convicciones y planes de presente y futuro.

La función alterna momentos íntimos y escenas de sus clases, lo que indica la estrecha relación entre su vida personal y profesional. De hecho, Renata comienza su viaje o recorrido vital en el aula: los espectadores quedamos convertidos en sus alumnas mientras ella demuestra su erudición y expone abiertamente sus opiniones en un discurso transgresor sobre la desigualdad y la belleza plagado de filósofos y pensadores, de anécdotas de juventud y de inquietudes literarias, en que termina por mostrar sus pechos como protesta a los estándares de belleza que se les exige a las mujeres. Todo un conglomerado de conocimientos mediante los que la profesora apoya su posición respecto a temas no poco controvertidos, que nos sirve para entender un poco mejor sus vivencias.

De Matteis ha creado un personaje femenino poco usual, lo que es de agradecer; una mujer segura de sí misma, con espíritu luchador, sin pelos en la lengua, que se acepta tal y como es y vive su bisexualidad con naturalidad y sin complejos. Renata se mueve en un escenario sobrio diseñado por Noelia Gaztelumendi, sobre una alfombra sencilla, rodeada de una pequeña mesa y una pecera. Durante su narración, Renata desvela el episodio traumático de la pérdida de su hija. Bajo una iluminación de colores primarios cálidos, que refuerza la atmósfera intimista, la profesora recorta monigotes en un folio en blanco para echarlos al interior de la pecera, donde ahoga su dolor. En la pecera, iluminada, cabe todo un mundo. Atrás, un tren de juguete avanza a ritmo de bossa nova y el estribillo a chelo de la canción “Sombras nada más”, símbolo del inevitable paso del tiempo, que no espera ni se detiene, y del misterio de nuestra existencia.

A ambos lados del escenario se sitúan dos maniquíes idénticos que se distinguen solamente por el color de su bufanda; son sus dos amantes y amores de su vida, a los que conoció en Londres: Fernández, músico mujeriego, y La Maga, bohemia bailarina británica. Aunque los esfuerzos de Renata se dirigen a reunir y emparejar a sus dos amantes, sus celos derriban cualquiera de sus certezas, revelando la complejidad y el aspecto irracional de la condición humana.

Yo decido es el relato meditado de una mujer rebelde, un ejercicio inconformista, un texto feminista que nos invita a cuestionarnos las convenciones, imposiciones y estructuras que dominan y conforman la sociedad actual. Se trata de un ensayo o biografía intelectual de su autor, que denuncia la violencia de género y nos ofrece una disección o visión crítica del capitalismo, la libertad, la eutanasia o la monogamia. El espectáculo pide la participación de un espectador curioso, dispuesto a escuchar, a empaparse de saber, a enfrentarse a secretos y susurros ininteligibles y a deleitarse con preguntas cuya respuesta deberá intuir o no llegará a conocer. La guinda del pastel: la magnífica interpretación de Skell.

Crítica realizada por Susana Inés Pérez

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