Celebración de aniversario para Baraka Teatro. Diez años de existencia merecen ser celebrados. Reponen en el ambigú del Teatro Kamikaze su primer montaje. Sueño Lorca o el sueño de las manzanas les valió reconocimiento internacional. Esta reposición es una inmejorable oportunidad de descubrir la calidad del montaje.
Mencionar a Lorca es casi siempre garantía de éxito. El gran escritor, poeta y dramaturgo nos dejó un reguero de palabras y obras que siempre acarician el corazón. Reconocidas obras como Yerma, Bernarda Alba o Doña Rosita, le han dado a Lorca esa grandeza merecida. Su prematura muerte nos ha privado de creaciones que quedaron para siempre en su imaginario. Pero Lorca es mucho más que eso, gran articulista, narrador de su vida en Nueva York, cronista de su convivencia con Dalí y Buñuel en la Residencia de Estudiantes de la capital. Lorca dejó cientos de páginas de bella poesía, de mágicas metáforas que a veces pasan desapercibidas. Baraka Teatro agarra varios de esos pasajes para montar un bello collage de fabulas, misterios, viajes y por encima de todo, emoción y reverencia.
Un arcón de madera vivido. Una pieza de la que saldrán los personajes, a modo de escenario de títeres, casi con un halo circense. De una sencillez extrema, pero de una efectividad pasmosa. Apoyados en una iluminación certera de Flavia Mayans, los diversos mundos lorquianos se descubrirán brillantes ante nuestros asombrados ojos.
Un elenco formado por Sara Campbell, María Caudevilla (directora también), Fran Gil y José Manjón. Destilan magia en todos los relatos y fragmentos que van entrelazando. De la comedia a la más tierna y apasionada historia de amor. De poemas henchidos de las bellas palabras de Federico, a las correrías de Dalí y Fede en su época de estudiantes.
Un espectáculo intimo pero nada pequeño. Con momentos musicales de gran belleza y con una ternura casi infantil, pero que traspasa por la emoción y la tremenda belleza plástica de algunos de los conjuntos. Pocas veces con tan poco se dice y se cuenta tanto. Sin tener una historia detrás, apenas fragmentos hilvanados con gran acierto. La emoción no decae, equilibrio de funambulistas para un espectáculo que conquista el corazón.
Gran acierto el de Baraka Teatro y el Kamikaze reponer este montaje que hace años no se veía en la capital. Muchos lo revisitarán y otros tantos hemos caído rendidos al sueño de las manzanas.
Crítica realizada por Moisés C. Alabau
