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10.10.2018 Críticas  
La inquietante mujer de negro

El Teatre del Raval estrena La dona de negre (La mujer de negro), la obra basada en la novela de Susan Hill. Esta adaptación, dirigida por Empar López y protagonizada por Carlos Vicente y Gerard Clavell, aportan una extraordinaria actuación a una obra un tanto lenta pero muy cuidada en sus detalles.

Como en toda representación teatral de terror que se precie, no puede faltar una ambientación inquietante, muchos efectos sonoros y una escenografía polivalente. Todos estos ingredientes los reúne La dona de negre, obra dirigida por Empar López basada en la novela de Susan Hill de mismo nombre y teatralizada por Stephen Mallatratt.

En ella, Arthur Kipps, un abogado que contrata a un actor profesional para recrear unos hechos que vivió hace muchos años, acaba reviviéndolo con todo lujo de detalles. Y en ella entran en juego una casa abandonada, una persona muerta y una misteriosa mujer de negro que aparece y desaparece a lo largo de la obra. La mujer de negro ha sido representada en muchos teatros e incluso cuenta con una adaptación cinematográfica protagonizada por Daniel Radcliffe.

En este caso, la representación por la que ha optado el Teatre del Raval es una obra un tanto lenta al principio y a la que le cuesta coger el ritmo. El planteamiento de la historia, desde que Kipps contrata al actor hasta que llega al nudo de la historia, cuando llega a la casa rodeada de pantano, representa prácticamente la mitad de la obra, momentos en los que no pasa demasiado y que hace que el espectador desconecte de lo que está sucediendo sobre el escenario.

No obstante, la atención empieza a crecer a partir de la segunda mitad, sobre todo gracias a la ambientación tan bien pensada y estudiada a nivel sonoro, de iluminación, y una escenografía muy cuidada y versátil que se adapta a cada una de las escenas.

Pero sin duda alguna, son Carlos Vicente y Gerard Clavell quienes le ponen la guinda al pastel durante toda la obra, ambos desarrollan unas actuaciones extraordinarias y son capaces de interactuar con los sonidos y crear situaciones de terror con mucha intensidad. Todo ello contribuye a que el espectador se sienta rodeado de pantanos o de ruidos extraños en el medio de la platea.

No cabe duda que La mujer de negro es una obra famosa en el género de terror. En este caso, y tras haber asistido a la noche del estreno, a La dona de negre le falta coger más ritmo en su primera parte.

Crítica realizada por Bea Garrido

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