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08.09.2018 Críticas  
FIRATÀRREGA (II): Encuentro y fronteras en el espacio público

Nuestra segunda jornada en FiraTàrrega 2018 ha sido sin lugar a dudas un punto de encuentro. Con diversas compañías y títulos que nos han entusiasmado y también con otros que nos han obligado a tomar partido de un modo a veces abrupto y complejo pero siempre permutable. Un debate que ha incluido hasta a los mismos espacios de exhibición.

La auténtica y apoteósica revelación ha llegado de la mano de Pendiente Teatro y Eduardo Bernal, que nos ha regalado una pieza de orfebrería comprometida y que ha calado hasta los tuétanos. Sin Ítaca es un espectáculo excepcional que toma la figura de Odiseo para crear una pieza que funciona como instalación y performance y con una estructura narrativa en forma de loop. Una precisión milimétrica en la ejecución y un uso de la repetición que nunca hasta ahora se nos había presentado con semejante confidencia y eclosión.

¿Se puede ser apátrida en el propio país? ¿Cuál es la verdadera tragedia tras cada desaparición? ¿Cómo afrontar la indefensión de los cientos de miles de desplazados por la violencia? ¿Qué papel juega el gobierno? ¿Puede una asociación cambiar el orden institucional? La identidad individual versus la social y la burocrática. Sin duda, la decisión de emplazar esta propuesta en el Museu Comarcal ha sido todo un acierto. Una pieza que habla de un México real y al que nos trasladamos desde el primer momento. Eduardo Bernal y Tania Barrientos han escrito unos textos soberbios por su capacidad para condensar forma y significado. La construcción de las distintas instalaciones no se queda atrás. Cómo se modifican ante nuestros ojos de un modo artesanal y completamente adecuado hacia el tono y el contenido es algo digno de admirar, especialmente en el tercer caso.

Los intérpretes captan a las mil maravillas el ritmo y la intensidad necesaria para que la propuesta transcurra con éxito sin renunciar nunca a su lógica interna. Muy valiosa también la aportación como teatro documental y destacable la generosidad de todos los implicados por compartir documentos sobre la materia en múltiples formatos. El acompañamiento que realizan de cara a los asistentes es muy relevante, así como su valía tanto en la interpretación como en la manipulación, ambas integradas al unísono. Muy acertado el aparente desapasionamiento al explicar esta historia ya que provocará el efecto contrario en el espectador. Uriel Ledesma, Adriana Palmero y Barrientos son unos cronistas de excepción y dominan con maestría el arte de explicarnos esta historia tanto a través de la palabra como haciendo avanzar la narración a través del uso y manejo de los objetos, convertidos en envidiable escenografía y protagonista. La conmoción que provocan se hace más evidente mientras avanza la pieza y se introducen leves variaciones y modificaciones que, de nuevo en el tercer caso, consiguen una imagen tan cruda como poética. Inventiva a raudales capaz de transformar nuestra manera de ver y entender las artes escénicas y que esperamos seguir acompañando en las parrillas y programaciones. Brutal y una de las grandes revelaciones de FiraTàrrega 2018.

Continuamos con dos espectáculos itinerantes que, sin duda, recordaremos con ilusión, afecto y predilección. Se trata de Peregrinus e Issue de Secours. En el primero hemos acompañado a la compañía polaca Teatr KTO. A partir de la poética de T.S. Eliot han conseguido condensar un día en la vida del hombre actual. Su visión antropológica expresada a través del trabajo corporal, la selección musical y la tremenda concepción de las máscaras de Spitfire Company nos ha hecho tomar consciencia de una realidad que quizá tenemos demasiado asumida. Espectáculos como este son detonantes para el debate intrínseco y funcionan a modo de espejo reaccionario contra la mercantilización de la vida contemporánea. Unos intérpretes de excepción que asimilan el excelso movimiento y coreografía de Erik Makohon con un talento apabullante. Destacamos el diseño de máscaras de Joanna Jako-Sroka Stage y, por supuesto, la increíble dirección de Jerzy Zon.

En el caso de Issue de Secours celebramos la feliz coincidencia con los franceses Adhok. Una nueva concepción de la itinerancia escénica adaptada a las posibilidades que presuponemos tienen sus personajes. Resulta especialmente emocionante la reivindicación del espacio público y artístico también para la tercera edad. Empezar el espectáculo delante de la Residència del Carme y recorrer todo el perímetro de la plaza hasta llegar a ese incontestable estallido de bandejas final (hay que descubrirlo en primera persona) es un gesto tan honroso como conclusivo de las intenciones y el alcance de la propuesta. Muy buena dirección artística de Doriane Moretus y Patrick Dordoigne y espectacular (humana, irónica e incisiva a través de la broma) interpretación y coreografía de todo el equipo: Claudette Walker, Françoise Loreau, Christiane Gras, Irène Palko, Guy Delamarche, Dominique Langlais y el mismo Dordoigne. ¡Bravo!

Y si se trata de debatir a través de la creación multidisciplinar, celebramos el trabajo de La Laura Palmer con su pieza Hija de Tigre. La madurez expositiva de la compañía chilena nos ha sorprendido tanto por el tema escogido como por su capacidad para desarrollarlo. También hay que destacar el fuerte sentimiento de pertenencia de todas las implicadas y especialmente de las cuatro protagonistas. La sensación de encontrarnos ante el caso individual de cada de una de ellas y la aprehensión y fusión en una única y sólida dramaturgia nos ha emocionado y convencido a partes iguales. Daniela Jofré, Ébana Garín, Carolina Diaz y Pilar Ronderos consiguen de paso que la universalidad no esté reñida con lo particular. Nos sentimos un poco más duchos en la difícil necesidad de entender, disculpar y reinventar la idea de familia estándar del mundo occidental. Incendio desde el respeto y la comprensión. Aceptar no tiene por qué ser sinónimo de claudicar, sino de discernir, vislumbrar y, en consecuencia, restablecer y edificar. Hija de tigre es un espectáculo con el que, estamos seguros, nos volveremos a encontrar. A Ronderos le aplaudimos también la hábil y sensible labor en la dirección y la dramaturgia. También su trabajo conjunto en el audiovisual con Italo Gallardo, excelente operador y jefe técnico que lleva la propuesta (y a nosotros) al lugar óptimo para su calado y recepción.

Llegamos a la disparidad, no exenta de interés y con algunos elementos que nos han situado en un terreno de reflexión interesante por varios motivos. Brut ha supuesto un viaje que, a pesar de sus intenciones, nos ha convencido más en lo contemplativo que en lo visceral. El trabajo de Marta Torrents con Jonathan Frau, Nicolas Quetelard, Gina Villa Bruch y Anna von Grünigen nos ha persuadido y captado en la parte física y coreográfica. Intérpretes con una capacidad expresiva fuera de toda duda.

El caso de Prácticas de vuelos para acabar con el olvido de Chroma Teatre nos ha servido para comprobar cómo faltan todavía varias lanzas por romper en la aceptación y la definición de lo que es el espacio público. La negativa de algunos vecinos a que el espectáculo se representase en el cementerio tal y como estaba concebido nos ha situado fuera del mismo, tras el muro que lo comprende. Una fosa externa en la que los personajes de un aviador muerto en la Guerra Civil y su nieto se han querido fusionar con los de Antoine de Saint Exupéry en una amalgama de géneros y formatos con los que FiraTàrrega 2018 y Melina Pereyra han intentado acercar la memoria histórica a un formato para todos los públicos a partir de una dramaturgia del mexicano Antonio Zúñiga. Si el espacio es público nos preocupa la permanencia de estas fronteras. Confundir prejuicios con respeto nos hace reflexionar y supone un reto en el que se seguro se seguirá persistiendo en futuras ediciones.

Crítica realizada por Fernando Solla

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