El Teatre Gaudí continúa apostando por el género musical y confía de nuevo en Generació de merda. Con El futbol és així (de gai) se utiliza una fórmula similar a la del espectáculo anterior para ironizar sobre el funcionamiento de un club de fútbol y las incongruencias que sólo se justifican bajo el prisma mercantil y de negocio sobre el que gira este deporte.
La intención crítica y la mala leche, incluso burla, están muy presentes. La historia no deja de ser una excusa para sacar a la luz unos cuantos trapos sucios. En paralelo a lo que veremos en el escenario se hablará también de la situación laboral de muchos profesionales de las artes escénicas. La citación de algunos nombres y la subida al carro de algunos temas de candente actualidad se nombrarán y de algún modo se convertirán, más que en una reivindicación, en una exposición o queja. Al no haber un hilo específico que los una ni un paralelismo expreso entre la disciplina artística y la deportiva, el tono virará progresivamente hacia la broma más o menos gamberra pero, en el fondo, inofensiva. Es gracioso que esta reflexión la oigamos como si fuera la locución de un comentarista futbolístico en la voz de Bernat Soler.
Batallas de egos, la presencia femenina en el deporte y la homosexualidad encubierta de algunos (o muchos) profesionales sirven al texto de Xavi Morató y a las canciones de Gerard Sesé para reírse un rato de todos ellos. También de los aguiluchos periodísticos que viven del cuento y chupan del bote y que de algún modo son cómplices de la gran difusión y afianzamiento y magnificación entre la masa social de unos valores arcaicos, erróneos y totalmente falsos. Las cartas están sobre la mesa desde el inicio del espectáculo. Morató no ha ideado ni dirigido una pieza basada en la progresión de los personajes ni del argumento o su historia particular pero sí que ha sabido jugar y bromear con el desarrollo en paralelo de los cánones genéricos aplicándolos al retrato deportivo. De nuevo, la complicidad y buen entendimiento entre texto y canciones hace avanzar la función hacia el lugar donde quieren los autores (temas como “Més endavant” son buena prueba de ello). Y lo más importante, el público les acompaña.
Morató y, por supuesto, las canciones de Sesé (sus aportaciones en escena son ya marca de la casa) han hecho un buen trabajo con los intérpretes. Tanto Adrià Ardila como Bernat Mestre (físicamente el más parecido a un jugador futbolístico) juegan muy bien con las posibilidades que les ofrecen las situaciones que comparten. Joan Olivé, Mònica Macfer y Joan Sáez se desdoblan en varios personajes de un modo dinámico y adecuado al tono escarnecedor que se busca en la propuesta. A destacar la vis cómica de Berta Peñalver. Dentro del conjunto, llaman la atención los temas (y su interpretación) “Som molt mascles” y “Jo també”.
La escenografía de Jordi Bulbena sabe cómo aprovechar las cuatro bandas del recinto e incluir a los patrocinadores del espectáculo como si nos encontráramos en un estadio, así como su vestuario. Un valor añadido es la organización y adecuación al lenguaje y a los símbolos deportivos, algo que incluye el programa de mano en forma de merchandising y que nos reserva alguna que otra sorpresa. La iluminación de Daniel Gener propicia y facilita los cambios de personaje aportando dinamismo al conjunto. Habría que ajustar un poco el equilibrio sonoro entre la recepción de las voces y la música, ya que en algún momento perdemos lo que se está diciendo o cantando.
Finalmente, El futbol és així (de gai) nos sitúa en un terreno en el que la comedia funciona de manera bastante favorable. Si bien es cierto que la multitud de puntos de vista que ofrece el tema se enfoca más desde la citación y la acumulación que a partir de un desarrollo profundo y argumentado, también lo es que tanto los intérpretes como los creadores parecen sentirse muy cómodos en un formato y un género del que aprovechan sus posibilidades y que gana en la corta distancia de un espacio de semejantes características.
Crítica realizada por Fernando Solla
