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03.08.2018 Críticas  
Inmersiva coyuntura para disfrutar de un Brossa “a la Brossa”

La Seca Espai Brossa cierra temporada con Estrip-Tesi, una pieza de las residencias ABROSSA’M que busca e indaga incansablemente tanto en la obra de Joan Brossa como en su estilo de un modo tan particular y estimulante como honesto e interrogante. Una propuesta de H.I.I.I.T. que va mucho más allá del ejercicio de estilo y se convierte en algo tan insólito como provechoso.

Cualquier intento de explicar la magnitud escénica y estética de Brossa en pocas palabras sería un práctica tan infructuosa como banal, fallida y probablemente vacía e incompleta. Un artista que no distinguía entre géneros o disciplinas y que los abastaba y enriquecía a todos por igual siempre a partir de una visión transgresora, contemporánea y vanguardista. Roger Torns consigue recoger estas particularidades en su proceso creativo y darles forma y cuerpo sin ahorrarnos las dudas y dificultades de una empresa tan compleja. Lo que para el dramaturgo y director seguro que ha sido ardua tarea se traduce en una obra que siempre acompaña al espectador y que lo incluye y hace partícipe en todo momento. Es muy ambicioso intentar captar la esencia de una figura y una obra de semejantes características en un período relativamente corto. El esfuerzo de embarcarse en un proyecto así es, en sí mismo, loable. El resultado, en gran parte, una realidad.

Estrip-Tesi permite reencontrarnos con una fortaleza definitoria de todos los trabajos de Torns. Algo muy especial que mantiene en sus espectáculos y que, a la vez, propicia que todos sean distintos. Esta es sin duda alguna su talento para hallar el tono idóneo y la forma más propicia y elaborada para mostrar y compartir con el público aquello que quiere explicar. De un modo transversal y comprometido sabe cómo convertir la puesta en escena en protagonista y así multidimensionar y transgredir las barreras entre todos los elementos que forman parte del acto comunicativo que es, también, una obra escénica. Un gran mundo interior que consigue exteriorizar de un modo asombroso y pletórico de significado. La concreción a partir de lo aparentemente abstracto. Una capacidad expresiva y elocuente que, en esta ocasión, desarrolla (y muy bien) también como intérprete.

No es habitual encontrar un espectáculo que consiga hablar de tantos temas sin perder el foco. Texto, contexto e inclusión del mismo teatro donde se celebra la función. De Brossa también se evocará a su persona, nombrando amistades e integrándolas en los juegos de palabras tan característicos del poeta. Juegos con el significado, con la pronunciación (incluida hasta la mínima fonía) y con la combinación de palabras y su sentido. Poesías escénicas y visuales a partir de un objeto (véase el “fajismo-fascismo”, por ejemplo). Torns opta por no separar disciplinas y unirlas todas. Tesis, prolepsis, analepsis y tantas “epsis” e “ismos” como sea necesario. El elemento absurdo estará presente de un modo muy especial. También los saltos en el tiempo y la manera de plasmarlos. Teatro de objetos, documental a tiempo real, ópera surrealista…

Y lo más importante, todo encuentra su lugar y su momento y está perfectamente dotado de una unidad dramática. Algo muy a tener en cuenta. Nada será una excusa y una oportunidad. El miedo del artista a mostrar, precisamente, sus miedos. Intereses políticos que intentan buscar rentabilidad a toda costa siguiendo parámetros en detrimento del objeto (y sujeto) en cuestión (sic). La persecución artística por delitos de interés cultural, la situación política actual de nuestro país y nuestra relación con el vecino. La indagación e inmersión en el universo del poeta no sólo para quitarle el polvo (si es que lo hay) sino para recuperar todo lo se haya podido obviar o malinterpretar con el paso de los años. Una especie de cirugía estética que muestra lo que se intenta modificar u ocultar y que adocena, estandariza y unifica también el legado artístico colectivo. La construcción de un parque temático a partir de presupuestos públicos con entradas a precios prohibitivos. La búsqueda plasmada como particular visita al Hades. Un Caronte administrativo que obliga a la sombra de los artistas a vagar en su barca durante años, puede que siglos, en esta incesante y a veces infructuosa búsqueda. Artistas a los que se les niega el derecho y capacidad para hablar… Y todo está conectado, empezando por el (doble) significado que lo podemos atribuir al título de la pieza.

Una forma de aproximación muy valiente y que nos llega a entusiasmar precisamente porque no escenifica una pieza o un compendio de Brossa sino que al “modo Brossa” nos habla de un cúmulo de situaciones o estados de ánimo actuales, que al mismo tiempo consiguen evidenciar la valía del autor a día de hoy. Anna Herebia y Laura Daza se entregan con el mismo arrojo que su compañero y consiguen integrar todas las disciplinas necesarias en su trabajo. Cada una a su manera juega y domina tanto el texto (lo que se dice y la manera de decirlo y pronunciarlo) como el canto, la parte más física y la manipulación de objetos y formatos. Una presencia que aporta un valor añadido y es la ruptura de fronteras entre intérpretes de cualquier género escénico, ya sea musical o no. Artistas polifacéticos que aquí demuestran que en un único espectáculo pueden mostrar toda su amplitud de registros. Los tres consiguen que la pieza se transforme en una instalación teatral impresionante con su manipulación de objetos y de distintos soportes audiovisuales que manejan para que todo suceda a tiempo real durante la representación. Momentos como el de la persecución o la audiencia con hortalizas parlantes se cuentan entre lo más meritorio de la temporada. Un trabajo impecable precisamente por su adecuación a los requerimientos de la pieza y que capta todo el sentido, significado y complejidad de la misma.

El espacio de Albert Ventura es buen reflejo de las características de la pieza en cuestión (de nuevo, sic). Pedazos y retales de distintos materiales y texturas sobre los que situarán la multitud de objetos que veremos durante la función. La disposición del público favorece esta sensación de invocación en la que se podría circunscribir la pieza. El vestuario de Núria Milà tan pronto nos mostrará a los intérpretes como permitirá que se transformen en distintos personajes usando piezas en ocasiones surrealistas y visualmente impactactes, Los tres saben aprovechar y utilizar cualquiera de los objetos para complementar su atuendo y modificar incluso sus rasgos faciales del modo más insospechado (cinta adhesiva de por medio). De nuevo, algo que merece descubrirse en primera persona.

Finalmente, y una vez más, sería un ejercicio apasionante analizar cada aspecto, tanto formal como de contenido, tratado por Torns en relación a las especificidades brossianas. No lo haremos aquí porque ya lo hacen (y cómo lo hacen) todos los implicados en esta propuesta. Así que no nos queda más que animar entusiásticamente a asistir a este espectáculo. Estrip-Tesi favorece, además, un encuentro con tres artistas que han estado presentes en los últimos meses en nuestra parrilla escénica en distintas propuestas y que han demostrado, trabajo a trabajo, que esta presencia es relevante en cada una de sus intervenciones. No siempre se puede decir lo mismo, así que disfrutemos de tan feliz comparecencia.

Crítica realizada por Fernando Solla

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