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12.06.2018 Críticas  
El cuerpo como espacio a explorar

La Sala Hiroshima vuelve a colaborar con la Cie Divergences con la presentación previa al estreno en el Festival Montpellier Danse 2018 de su última creación. Sujets es el resultado de la residencia de la compañía y de nuevo nos ofrece una impactante muestra de la exploración constante de Sylvain Huc en la creación escénica a partir de los cuerpos en movimiento.

Es algo característico en el coreógrafo difuminar las barreras que pueda haber entre cuerpo y espacio escénico. En Sujets esto lo lleva hasta las últimas consecuencias, ya que no habrá ningún elemento físico más allá de los cuerpos de los cinco intérpretes. Huc persiste en una coreografía que es a la vez el resultado de una indagación física incansable y que siempre aporta una enseñanza como valor añadido. La escena completamente desnuda. Los cuerpos también. Toda una declaración de principios desde su aparición ante el público. Qué normas o límites impone el cuerpo y qué posibilidades hay de romperlos. Ahí radica la transgresión del coreógrafo.

Gauthier Autant, Juliana Béjaud, Constant Dourville, David Malan y Mathilde Olivares son los cinco bailarines que interpretan esta pieza. Su desempeño de la coreografía es excepcional y su adecuación a las premisas del creador es completa. Una técnica que se esconde tras una ejecución que naturaliza tanto el desnudo como la exposición corporal que requiere la pieza. La memorización física que demuestran es tan insólita como imprescindible para entender la brutalidad imperante no exenta de momentos de extrema delicadeza y de una sensibilidad superlativa y muy evocadora. La convivencia escénica entre los cinco es algo digno de admirar. Cómo sus cuerpos se escuchan y se apoyan a través del movimiento, a veces individual y a veces compartido pero siempre propiciando que se evidencien las particularidades de todos ellos es algo que nos deja entre absortos y conmocionados. Entrega y adecuación corporal e interpretativa para un resultado redondo. El individuo con y versus el grupo. Impresionante.

La iluminación y sonido de Fabrice Planquette son dos de los puntales sin los que este espectáculo no podría existir. Los intérpretes se apoyan en las particularidades de tan fantástica puesta a punto técnica. La música de Alessandro Cortini demuestra que, de algún modo, la electrónica es la mejor opción posible para tan particular indagación físico-escénica. Planquette la mantiene siempre en el plano adecuado para permitir el perfecto ensamblaje con la coreografía. No hay coexistencia entre los elementos técnicos y los artísticos sino que lo que consigue Sujets es una verdadera experiencia pos-dramática o, en esto caso, pos-coreográfica. Todos los elementos que intervienen, físicos y no, están integrados y desarrollan el sentido profundo de la propuesta de Huc.

De algún modo, los cuerpos se convierten también en espacio interno y el sonido e iluminación en el externo. Planquette nos embelesa con la situación de los focos y puntos de luz, así como del cromatismo lumínico. Pura filigrana que propicia entradas y salidas de cada intérprete de sí mismo y del grupo de cinco. De nuevo hay que alabar la labor de todos ellos, ya que se sitúan siempre en el punto idóneo para que todo transcurra como debe. La asimilación o integración de un movimiento así como la ruptura del mismo es una constante que gracias al técnico eleva la propuesta a un lugar privilegiado. Cuando todavía no estamos recuperados del impacto provocado por Boys don’t Cry, la anterior visita de Hug y compañía, esta frecuencia y vehemencia en la exhibición de sus piezas resulta algo muy enriquecedor para los asistentes. De nuevo, la Sala Hiroshima ha dado en el clavo.

Finalmente, Sujets nos sumerge en una contemplación que poco a poco se convierte también en algo que nuestro cuerpo asimila de un modo somático e ilimitado. Una sensación muy física pero al mismo tiempo cerebral gracias al trabajo de los cinco intérpretes y, una vez más, de la excelente labor en la iluminación y el sonido de Fabrice Planquette. Un espectáculo muy relevante para el espectador y que, al mismo tiempo, implica un paso avanzado dentro la trayectoria de Huc y la compañía.

Crítica realizada por Fernando Solla

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