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18.04.2018 Críticas  
El drama está servido

Pablo Canosales es el Ferran Adrià del off madrileño, no puede parar de crear, y tras estrenar hace muy poco tiempo en Umbral de Primavera «Aire Siempre de Viaje», llega los Teatros Luchana La boda de tus muertos, un drama familiar, cuya máscara de comedia cae pronto para desvelar las miserias que esconde una familia cualquiera.

Pablo se casa, y sus padres y hermanos cruzan la provincia de Huelva en un revelador trayecto que desemboca en los salones de boda. La mesa 13, al fondo de la sala, sirve de detonante para hacer estallar el cajón de los reproches de estos individuos malavenidos, porque la familia no se escoge, como el GPS del coche, viene de serie.

Si en «Aire Siempre de Viaje» canosales radiografiaba lo complejo de la pareja, con las prioridades de cada uno, y la persecución de los sueños, La boda de tus muertos amplía el foco al núcleo familiar primigenio, padres e hijos, para ir desvelando, miembro a miembro, todas las cuentas pendientes que tienen entre ellos, y la influencia de ese cordón umbilical invisible que une de por vida a cuatro personajes en busca de una salida de emergencia, de esa cárcel etérea que es la familia.

Lucía Bravo interpreta a la madre, Mauricio Bautista al padre, Sara Mata a la hija; Víctor Nacarino al hijo poeta, y César Sánchez al perenne camarero del banquete, que les servirá su mesa y de guía en el camino por el purgatorio de estos salones de celebraciones, lo más cercano al infierno en la Tierra.

Pablo Canosales tiene ojo clínico para el estudio y apertura en canal de sus personajes, y en La boda de tus muertos ejerce de forense, sacando uno a uno los órganos de estos personajes, sobre el blanco mantel de la mesa del banquete. Casquería paterno-filial en blanca vajilla de porcelana con ribete dorado, porque como recita Lucía Bravo en su monólogo, la vajilla es un detalle muy importante, y en este festín, lo es aún más.

El montaje se organiza en una especie de menú con sus entrantes, su sorbete y su postre; tras el viaje por carretera con su calor, tensión y suspiros, que enmarca de forma concisa y certera la personalidad de cada uno, cada personaje tiene su momento de lucimiento, siendo el de Bravo, hilarante y catártico. Cualquier intervención de Sara Mata como la hija psicóloga, es certera, aunque su momento de lucimiento considero que queda enturbiado por una reiteración excesiva.

La escenografía es funcional, brillante y tremendamente inmersiva, aunque la relación con el público y los personajes, confunde, pues por momentos parece que se nos considera unos invitados más presenciando el drama, aunque en otros, la cuarta pared era patente.

La boda de tus muertos tiene momentos brillantes, aunque alguna explicación excesiva o desarrollo de los personajes, hacen que pese sobre la platea y se agradeciese una sugerencia, un gesto o simplemente una mirada, pues el elenco está lo suficientemente dotado, y se agradece que la química que destilan entre elenco y director, sea, una vez más, lo sobresaliente del proyecto.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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