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08.02.2018 Críticas  
SonarKids invade el Palau de la Música

Sónar nos sorprende este año recuperando SonarKids; la propuesta de ocio familiar, concebida para desarrollar actividades, eventos y productos culturales destinados a niños y padres. SonarKids adapta al discurso familiar la filosofía y el espíritu de Sónar, una marca de calidad de referencia internacional en actividades culturales ligadas a las nuevas tecnologías y la creación artística.

La última edición de este formato del festival se celebró en 2014 y lo cierto es que lo hemos echado de menos. Este año, para nuestra sorpresa, no solo lo tenemos de vuelta sino que el formato ha sido distinto pero sin perder la esencia de Sónar; arte visual y sonoro liderado por la Orquesta Sinfónica del Valles, dirigida por Pedro Alcalde, y los Brodas Bros.

Lo cierto es que Sónar siempre va más allá cuando hablamos de fusión e innovación y, en esta ocasión y de la manera más simple, nos plantamos con danza urbana, música clásica y literatura. Pedro y el Lobo fue el mayor acierto para poder unir estos tres elementos y llevar al éxito a SonarKids. La historia de Pedro y el Lobo es el cuento musical de Prokófiev el cual representa, a través de la orquesta, a cada personaje con una melodía y un grupo de instrumentos distintos facilitando de forma amena y divertida el conocimiento de todos los elementos de la orquesta. Y así ocurrió en el Palau de la Música, los Brodas Bros dieron vida a los personajes de Prokofiev a través del baile y nos narraron la historia a la vez que nos sumergían en el mundo musical del compositor ruso de la mano de la Orquesta Sinfónica del Vallés.

El Palau de la Música se llenó para acoger el evento y, por supuesto, no faltaron los pequeños. La música empezó a sonar y una suma de emociones se fundieron a la música gracias a la sonoridad de la sala y la impecable interpretación de la Orquesta. Al entrar en escena los Brodas Bros nos ayudaron a entender qué es lo que íbamos a ver, pues no faltó la presentación de los elementos de la orquesta y la de los personajes con su característica melodía. Hubo sorpresas, pues los niños no dudaron en expresar abiertamente qué instrumento representaba a cada personaje entre risas e ilusión. No solo nos ayudaron a conocer cada personaje sino que los propios Brodas Bros los interpretaron combinando movimientos de danza urbana con algún toque clásico.

Empieza la historia que, para seguir sorprendiendo al público, el lobo no se presentó hasta el final. Los personajes del cuento cuidaron hasta el más mínimo detalle para identificarlos sin perder el estilo urbano de los bailarines: Pedro salió a escena vestido como cualquier adolescente de hoy en día, sin faltarle la gorra; el pajarito con su abrigo de pelo que se contoneaba con sus ligeros y finos movimientos; el pato con su elegante traje blanco y la visera de la gorra con forma de pico; el gato elegante y ligero felino; el abuelo con su bastón y sus movimientos de poppin; los cazadores con gorras, hojas y armas de juguete; el lobo iba de negro con su gran cabeza y luces rojas que le daban un toque de misterio.

Pedro y el Lobo nos narra la heroica historia de cómo un joven rebelde, que vive con su abuelo, logra dar caza, junto a sus amigos del bosque, al lobo que acecha los alrededores. A medida que transcurría la historia, podíamos ver a los distintos protagonistas actuar juntos a través de la danza fusionándose con las notas que sonaban. El carismático narrador hizo un papel excelente explicando el cuento además de las carcajadas que nos sacó a todos.

Sin suda la actividad de SonarKids ha estado a la altura para el 25 aniversario del festival que se celebrará en junio. Si os lo perdisteis aún podéis ver el último pase que tendrá lugar el día 10 de marzo. Las 19h en el Teatre-Auditori de Sant Cugat del Vallès. Esperamos que el año que viene podamos volver a disfrutar de esta propuesta familiar.

Crónica realizada por Nina Delgado

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