novedades
 SEARCH   
 
 

11.12.2017 Críticas  
Un monólogo en clave de tragicomedia

En el Teatro Bellas Artes de Madrid podemos ver Gibraltareña, la historia de una mujer que consigue hacernos cómplices de sus aventuras.

Juan Luis Iborra –autor y director- nos propone sumergirnos de lleno en la vida de Lola, una prostituta, encarnada por Elisa Matilla, que sin proponérselo y sin ser muy consciente de ello empieza a ejercer la prostitución, oficio que lleva a cabo con total dignidad y naturalidad, entregándose y poniendo el alma. Cuenta su vida a través de recuerdos familiares situados en los años 70 cuando la verja de Gibraltar se cerró y separó la vida de muchas familias.

Nada más entrar al teatro podemos ver la sobria escenografía – una cama de hospital con Lola en ella, una mesa, una silla, un micrófono con el que interpretará una canción, etc.- un espacio simbólico que acompaña a la perfección el texto, remarcando la historia de principio a fin. Todo ello acompañado por una acertada iluminación que potencia la carga dramática de determinados momentos en los que la protagonista nos hace enfrentarnos a sentimientos encontrados.

No cabe duda de que Elisa Matilla ha sabido aprovechar esta oportunidad para dominar el escenario gracias a su brillante interpretación, seduciendo a todo el patio de butacas con sus bailes, sus canciones y su acento. Se nota que la actriz madrileña disfruta enormemente con este papel en el que Lola –la Gibral- se da el gusto de hablar de su vida haciendo referencia al amor, la supervivencia, los americanos en la base militar, los políticos del momento, la economía… Y es que destaca más su talento que el contenido de la propia historia en sí, porque hace suyo el personaje, mostrándose segura en todo momento.

En definitiva, estamos ante una propuesta interesante sobre la vida de una mujer valiente que nos permite disfrutar, sobretodo, de la brillante interpretación de su protagonista.

Crítica realizada por Patricia Moreno

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES