Concha Buika no entiende de convenciones musicales, ni sociales y así lo demuestra una noche más en Barcelona. La cantante mallorquina presenta en el Palau de la Música su último trabajo ‘Para mí’ en un recital que viaja sin retenes entre diferentes estilos musicales con una intérprete sin pelos en la lengua.
Una mallorquina de raíces guineanas que se hizo famosa cantando coplas como ‘Mi niña Lola’ u ‘Ojos verdes’. Ella es Concha Buika, que encontró en el flamenco un modo de expresión y que la llevó en el 2000 a presentar su primer disco. Desde entonces, Buika ha tenido un larguísimo recorrido que la ha llevado a investigar el son cubano, el reggae, los fados y todo lo que se le ha puesto por delante.
Así, con toda esa experiencia a sus espaldas y dejando atrás cualquier complejo que pueda quedarle a esta extraordinaria mujer, Buika aparece en el escenario del Palau de la Música, en el marco del Festival del Mil·lenni, ataviada con un vestido brillante, a juego con su sentido del humor sin complejos. Ella se presenta hablando en mallorquín, manifiesta que es “catalana de vocación” y elogia todo el trabajo que hay tras una ciudad de la talla de Barcelona, mientras desgrana, entre ‘speech’ y ‘speech’, un setlist en el que tiene cabida medio mundo de tradición musical.
Porque Buika ha sabido siempre mantenerse al margen de las modas para ser auténtica, ser ella misma y ofrecer al público lo que sus cuerpo le pedía en cada momento. Y esta noche, a Buika le pide el cuerpo ofrecer un espacio en el que poder dar un paso atrás y reflexionar sobre el feminismo, el papel del hombre y sus reivindicaciones, el dejarse llevar y ser feliz mirando “de dentro hacia afuera” y no al revés; y por supuesto, del amor y el desamor.
Como el que no quiere la cosa, la artista va improvisando con su voz sensual, medio quebrada, que bien coquetea con el ‘soul’ como se mete de lleno en un ritmo tribal que invita a bailar. Acompañada de unos músicos que le entran al juego a la mínima de cambio, Buika se ha rodeado de un equipo genial que juegan con las canciones, las llevan al límite y defienden con mucha elegancia estilos tan dispares como flamenco o reggae.
Ellos solo necesitan una mirada o un simple gesto para saber que ya pueden soltar amarras y dejarse llevar con esta compositora, cantante, escritora y productora, que invita a vivir la vida como si no hubiera un mañana.
Soltando veneno con ‘Pizzica di Torchiarollo’, acompañando el ritmo con los pies en ‘Siboney’ o bien fascinados ante la versión de ‘Santa Lucía’ de Miguel Ríos a la que han introducido unos ritmos que trasladan a algún sitio más allá del charco. No podía faltar ‘No habrá nadie en el mundo’ o ‘Mi niña Lola’ en el bis.
Sin duda alguna un concierto que va ‘in crescendo’ gracias al talento de Concha Buika, no solo a la hora de interpretar las canciones, sino también a la hora de crear la atmósfera perfecta para que absolutamente todo sea perfecto durante la noche.
Crónica realizada por Bea Garrido
