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31.10.2017 Críticas  
Teatro clásico a ritmo de hip hop

El Teatro Alfil de Madrid acoge a La Calderona, una obra de teatro musical que narra, a ritmo de hip hop, la historia de la actriz del siglo XVII María Inés Calderón.

El lugar escogido para esta representación ha sido la polivalente y céntrica sala Alfil en la que puedes disfrutar de sus espectáculos desde las tres filas de butacas situadas al fondo o bien desde una de las sillas y mesas colocadas delante mientras saboreas tu bebida favorita.

Los viernes se suben a las tablas Natalia Calderón y Pablo Paz para narrarnos la historia de la más controvertida amante de Felipe VI, madre del que luego sería reconocido bastardo Juan José de Austria. Una apuesta que lleva a escena una crónica sobre el poder, la ambición, el amor y la supervivencia contada en clave de comedia y con un DJ –Hardy Jay- en escena que se encarga de pinchar en directo, fusionando el teatro clásico con la música rap.

Así lo ha querido David Ottone dirigiendo esta arriesgada propuesta que, no sé si será porque no estamos acostumbrados, no acaba de convencer a todo el público presente. El resultado es una retahíla con momentos inspirados y otros en los que la chabacanería nos asombra recurriendo a la rima fácil e incluso grosera, cosa que puede producir dos reacciones muy diferentes: vergüenza ajena o diversión, según como se mire.

Todo se sostiene gracias al magnífico trabajo de interpretación, tanto actoral como musical, de los dos versátiles actores (aunque hay más de dos personajes) curiosamente vestidos mezclando la estética clásica del siglo XVII con elementos de la cultura hip hop; fusión que se fortalece con una sencilla escenografía sin apenas decorados que los integrantes del elenco van modificando en función al desarrollo de la obra para poder aprovechar todo el espacio disponible, siempre acompañados por el correcto trabajo de iluminación y sonido.

Por último me gustaría destacar la crítica social y la carga reivindicativa presente en la obra en torno al papel de la mujer en la sociedad; y es que todavía queda mucho camino por andar.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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