Los espectáculos de marionetas siempre han tenido un público minoritario, siendo populares exclusivamente en el público infantil, pero no por ello dejan de ser un espectáculo agradable y digno de ver.
Jordi Bertrán es un artista de la marioneta que lleva más de 40 años trabajando conjuntamente con otros artistas para promover el arte de los títeres y traerlo de vuelta al catálogo de espectáculos. En esta Antología, Jordi hace un repaso a su diversidad de formas y estilos de marionetas, mostrando la variedad de éstas a lo largo de su historia.
Cada marioneta muestra su personalidad única, tanto por el personaje que interpreta como por una característica técnica que le permite realizar una acción adicional (y que, por supuesto, añade más complejidad al manejo de esta). Así pues, la obra empieza con el rimbombante y estrafalario tono de Dalí y termina con el risueño baile de un esqueleto rockero.
El estilo del espectáculo recuerda este antiguo arte del entretenimiento, con sus chascarrillos y su humor desenfadado, que encandila al público con la hipnótica magia que mueve al muñeco. Un espectáculo de formato muy íntimo, una pequeña joya de recuerdo, de carácter muy familiar, que a pesar de su simplicidad (en lo que se refiere al contenido) se encuentra hoy en día relegado al grupo de las “artes alternativas”. Aun así, no se debe menospreciar el detallismo con el que Antología se desenvuelve ante el público y el cariño que se destila en cada momento.
Este no es el típico espectáculo que se puede encontrar en grandes escenas ni que se puede descubrir en las agendas de la semana, pero aun así Antología es un preciado momento de arte que se podría revisitar y disfrutar en cualquier momento para aquellas personas que quieran guardar esa pizca de creatividad e imaginación que se articula a través de los hilos de las marionetas.
Crítica realizada por Rubén Recio
