Y no quedará ninguno es la última obra de Agatha Christie que se ha estrenado en Barcelona (tras “Una visita inesperada” en el Teatre del Raval). La obra, historia original de la adaptación teatral “Diez Negritos”, vuelve a los escenarios tras la decisión de retirar esta última versión para promover la obra original de Agatha Christie.
El Teatre Apolo de Barcelona inicia una nueva etapa. Tras el cambio de dueños, el teatro inicia con fuerza su nueva vida de la mano de Ricard Reguant como director artístico. Y como no podía ser menos, el mismo director da el pistoletazo de salida a esta nueva etapa como director de la primera obra que puede verse sobre sus tablas: Y no quedará ninguno de Agatha Christie.
Las historias de Agatha Christie son un éxito en toda regla. Para muestra “La Ratonera” (The Mousetrap) quien lleva en Londres 65 años de forma ininterrumpida sin fecha de fin. Algo sorpresivo por lo que hay que quitarse el sombrero.
El Teatre Apolo no es extraño a este tipo de montajes. Ya estrenó La Ratonera en 2014 con gran éxito y sus paredes han respirado novela policiaca durante muchos años. Por otro lado, Ricard Reguant tiene en su cartera varias obras de suspense y fue el director de la última adaptación de “Diez Negritos” en España.
Y no quedará ninguno explica la historia de diez personas encerradas en la Isla del Pirata. Son ¿víctimas o asesinos?. Todos de status social diferente, todos con sus vidas perfectas (o no), todos con secretos ocultos que saldrán a la luz. Un clásico de Christie.
En sí, Y no quedará ninguno es una obra clásica del género policiaco. Un grupo de gente aparentemente inocente, todos tienen sus secretos ocultos, todos podrían ser culpables de sus faltas pero alguno esconde algo. Quiere que todos paguen por sus crímenes, crímenes por los que quedaron impunes; y no descansará hasta que todos paguen. La cuestión es… ¿Sabrás encontrar quién miente? ¿Quién o quienes son culpables?
La adaptación que podemos ver en el Teatre Apolo peca hacia la exageración en el acting. Algo que esperemos vaya mejorando con el rodaje de la obra, ya que en algunos momentos la actuación es demasiado extenuante. Por otro lado, la iluminación y la escenografía es sencilla y funcional; algo que agradezco en este tipo de obras. Muy bien resuelto el tema de contar las muertes con las figuritas y el chocante final del espectáculo. Por otro lado, en el tema del sonido, tengo entendido que la noche del estreno hubo algunos problemas en ello. Los micrófonos no funcionaban correctamente, y la música estaba demasiado fuerte cada vez que había una muerte sobre el escenario, llegando a ser estridente y molesta para los que estábamos cerca de un altavoz; algo que debería revisarse y mejorar.
En definitiva, Y no quedará ninguno es un espectáculo que con un poco de ajuste, podría convertirse en una obra de peregrinación obligatoria para el público amante del género policiaco. Siempre es divertido acudir al teatro y hacer el papel de policía. ¿Quién es el asesino? ¿Cuál es su motivación? ¿Lo sabrás adivinar?
Crítica realizada por Norman Marsà
