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04.05.2017 Críticas  
Nueva York se merece algo más

Enésimo intento de presentar un concierto homenaje a Broadway. En este caso con el pretexto de presentar melodías que evoquen la ciudad de los rascacielos. Intención adecuada, pero errores de repertorio y de propuesta convierten el homenaje en un recital carente de personalidad.

El Teatro Cofidis Alcazar pretende convertirse en Nueva York por poco más de una hora. Aunque la idea es romántica y apetecible, el espectáculo parece haberse equivocado de destino y moverse precisamente en la dirección opuesta. Un fondo oscuro, un piano y César Belda como pianista. Hasta ahí todo bien. La magia de Nueva York no necesita más artificios. Pero en el momento en el que César le pide a Paco Arrojo que cambie al castellano para seguir cantando el himno por antonomasia de la ciudad, en ese instante, el homenaje se da de bruces. Nueva York, y las melodías que fluyen de esa ciudad no pueden ser interpretadas en castellano.

Enseguida entendemos que es un homenaje a Broadway (Broadwayland lo llaman aquí). Pues bien, si hacemos un homenaje a Nueva York, pasando por Broadway, no nos faltan melodías que nos lleven a cruzar el puente de Brooklyn, o a pasear por la 42. Aquí decidimos empezar por la canción de Bella (muy neoyorquina), seguimos por El Fantasma de la Ópera (París), y seguimos con Sonrisas y Lágrimas (Austria). ¿Dónde quedan Cole Porter, Gershwin o algunos de los clásicos americanos? Es un misterio.

La ejecución de las canciones es correcta, salvando algunos errores de sonido. David Velardo destaca por encima de todos. Paco Arrojo defiende su hacer ante un público más bien frío y desorientado. Silvia Luchetti lo canta bonito, aunque el vestuario le haga un flaco favor. Silvia Álvarez y Fran del Pino están de paso.

La publicidad del espectáculo dice que este es un espectáculo único. Dice además y copio literalmente: “75 minutos para disfrutar de la esencia del teatro musical en un nuevo formato interactivo con los espectadores”. Deduzco que algo fallo en el estreno, o que hay un error tipográfico en el folleto. Pues ni la interactividad, ni la espectacularidad aparecieron ese día.

Alabo la intención, pero ya son demasiados conciertos con el mismo repertorio. Broadway es mucho más. Algunos argumentaran que hay que echar mano de estos clásicos para que el público se acerque al género musical. Yo creo honestamente que hay que ir añadiendo temas que muchos queremos disfrutar en directo y en su idioma original. Sorprendamos al público con canciones nuevas, que les despierten la curiosidad de saber de a que musical pertenecen.

Melodías de Nueva York como idea es loable, pero su ejecución dista mucho de lo que tanto el público entendido o el menos familiarizado con Broadway espera y desea. A lo mejor el estreno les pilló con pocos ensayos y sin pase técnico de luces y sonido. Espero que se corrijan esos errores para que un concierto bienintencionado brille como debe ser.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau

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