El Teatro Bellas Artes de Madrid se convierte por unas semanas en sede del Festival de Teatro de Mérida y nos brinda las producciones que se presentaron en el teatro romano el verano pasado. La primera de ellas son estos Pelópidas que dejan un divertido sabor de boca.
Jorge Llopis, escritor y humorista dejó su impronta en estas Pelópidas, su obra más conocida. En esta obra se satirizan las tragedias griegas, y lo que debería ser lágrimas y dramas exacerbados se convierten en carcajadas. Estamos ante una buena comedia que entretiene con sus giros de lenguaje, las confusiones y el enredo al servicio del humor.
Ántrax, rey de Tebas, después de muchos años guerreando en la guerra de Troya, regresa de incognito a su reino. A su llegada se encuentra una ciudad inundada de miseria y revueltas. Además su esposa Elektra ha sucumbido a los encantos de Phideos, que además se ha hecho con el trono de la ciudad. El enredo y la locura están servidos. Oráculos desacertados, mensajeros con graves problemas de retención, y una retahíla de personajes descacharrantes harán el resto.
El amplio elenco está equilibrado, la comedia permite el lucimiento de todos ellos. Todos tienen su toque de humor y su personalidad discordante. El texto versionado por Florián Recio es divertido, con muy buenos y resultones momentos humorísticos. La escenografía que sin duda debió lucir más en el Teatro Romano de Mérida se comporta correctamente en el escenario del Bellas Artes. Un juego de trampillas y plataformas que es efectivo. El vestuario es el apropiado para esta comedia griega.
Estos Pelópidas son una buena bocanada de aire fresco. Un divertimento que cumple su propósito y que divierte con la caricatura de unos personajes que se lo pasan en grande con el enredo que provocan en Tebas.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
