El Teatro de las Aguas acoge este musical de pequeño formato, en el que los Coristas de una famosa diva de la escena se ven obligados a salvar el espectáculo. Tendrán que dar un paso al frente para cumplir con la consigna de que “el show debe continuar”.
Carina Montes, la “Cari” (por mucho que odie que la llamen así) es la famosa diva que en un arranque de absurdez se niega a actuar. Sus Coristas tendrán que buscar una rápida solución al entuerto. La insistencia del gerente del teatro y el desparpajo de Merche, la chica de la limpieza, se mezclaran en esta historia que pretende entretener con versiones de temas conocidos y un humor sencillo.
La autoría y dirección es de Sara Palomo y el elenco está formado por Chema Zamora, quien firma las coreografías. Malia Conde, Luis Turpin y Javier Arriero. El show pretende ser un espectáculo descacharrante pero flaquea en un guion repetitivo que el algún momento llega a cansar al espectador. Los personajes son graciosos, pero no salen de su encorsetado papel. Los gags del perro, del nombre, del técnico de sonido, se repiten hasta la saciedad consiguiendo que al final no nos haga gracia alguna. La duración se alarga inexplicablemente más allá de una hora, cuando fácilmente se resolvería en no más de 15 minutos.
Nada que decir del esfuerzo que hacen todos los que están en escena. Chema lo baila bien, Malia derrocha su ya conocida simpatía y Luis y Javier cantan de maravilla. La selección musical es difícil de clasificar, más allá de algunos temas que no se sabe muy bien que sentido quieren dar al desarrollo de la historia. Quizá con otros temas sobre el mundo del espectáculo, y una buena tijera la obra sería un entretenimiento más que recomendable.
Coristas podría ser un buen espectáculo, pero algo falla en el planteamiento. El esfuerzo se da de bruces con una historia que necesita una revisión total.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
