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20.02.2017 Críticas  
Tras los pasos de la obediente Ofelia y el leal Horacio

Angélica Lidell vuelve a nuestros escenarios con LA FALSA SUICIDA, esta vez en La Vilella. La negación de la propia identidad de dos personajes, que buscarán refugio en Ofelia y Horacio (del “Hamlet” shakesperiano) hasta su reencuentro en un contexto ambiguo y despojado de cualquier embellecimiento romántico, nos situará de lleno en un peepshow.

LA FALSA SUICIDA es un obra totalmente independiente a la protagonizada por el príncipe de Dinamarca, pero es muy curioso disfrutar cómo la naturaleza de los personajes originales se ha desarrollado aquí. Una mujer que se lanza al vacío y un hombre que, por salvarla, quedará tullido de por vida. Este incidente propiciará que ambos huyan de sí mismos y se escondan bajo identidades análogas. Al cabo del tiempo volverán a encontrarse. Siempre ha quedado la duda sobre si Ofelia se suicidó o simplemente cayó al río. A su vez, Horario fue el fiel amigo de Hamlet, quizá el que lo veía del mismo modo que el público. La decisión de que este personaje se dirija directamente a los espectadores es, por tanto, muy acertada.

La fascinación y obsesión que pueda provocar el ver a una mujer desnuda se equiparará al morbo que produce observar un cadáver, un cuerpo muerto. Tras estos preliminares, la escenografía e iluminación de Ona Grau adquieren gran fuerza expresiva. La sala se mantendrá prácticamente a oscuras. Este detalle, sumado a la disposición del público alrededor del espacio escénico asimila la curiosa mirada del espectador teatral a la del asiduo a este tipo de exhibiciones. El vestuario, también de Grau, es tan impactante como adecuado en lo que se refería a texturas y materiales. Pura alegoría evocadora de una cabina erótica.

A nivel dramatúrgico, LA FALSA SUICIDA sobresale en su capacidad para mostrar los puntos de vista de ambos protagonistas en todo momento. La dirección de Sadurní Vergés ha sabido guiar a los actores a través de la ambigüedad y la extrapolación que requiere la función. De este modo, de la oscuridad lúbrica del principio pasaremos a lo que, finalmente, es una sórdida historia de amor. La huída, la búsqueda, la obsesión, el reencuentro, el careo, la asimilación, la aceptación, la renuncia, el despojo… Este texto no tiene desperdicio, y Vergés sabe aprovechar y mostrar todas sus virtudes.

En esta ocasión los intérpretes de la obra son Marta Díez y Jon James. Ambos se entregan a sus personajes mostrándonos todos sus matices con una progresión que parece desarmarlos durante el tiempo que dura la representación. En el caso de Díez hay que elogiar su trabajo corporal (y cómo aprovecha las posibilidades que ofrece su vestuario). Totalmente creíble en su faceta de trabajadora sexual como en su vertiente más íntima y humanizada. La impostura de la voz (único recurso durante grn parte de la obra) es necesaria en muchos momentos, pero nunca nos parecerá inverosímil. La aproximación de Jon James es mucho más confesional que exhibicionista. También excelente es su adecuación corporal, el actor sabe cómo dirigirse directamente al público sin coaccionarlo y explicar(se) en todo momento. Gran labor la de esta pareja.

Hay un trabajo muy importante del espacio sonoro que recreará de manera hiperrealista el ambiente del peepshow. Estos sonidos (como el caer de las monedas para activar la exposición de la mujer) se tornan por momentos en algo poético. La combinación con la recepción de la voz de los intérpretes es magnífica. Realismo y simbolismo apólogo. Muy buen trabajo en esta sección

Finalmente, tanto por el texto (y su tratamiento de la cuestión de género) como por la dirección y las interpretaciones, LA FALSA SUICIDA es una pieza que se contempla con ensimismamiento y un sentimiento constante de anticipación e impaciencia por indagar y descubrir el porqué de sus protagonistas. La analogía intrínseca que sitúa a la asistencia función teatral como evidente ejercicio de. vouyerismo resulta impagable. Sin duda, una de las sorpresas de la actual temporada teatral.

Crítica realizada por Fernando Solla

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