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08.02.2017 Críticas  
Acontecimiento en el Real

Ir a la ópera es casi siempre un acontecimiento. El Real se está caracterizando por una excelente programación en su 200 aniversario. BILLY BUDD es una de las joyas de esta programación. Una ópera que se representa por primera vez en Madrid y que sumerge al Teatro Real en una aventura marítima espectacular.

La ópera BILLY BUDD se podría considerar una ópera relativamente moderna. Su estreno fue en el Covent Garden el 1 de diciembre de 1951, dirigida por el mismo autor de la misma, Benjamin Britten. Esta ópera, es considerada una de las mejores creaciones operísticas del siglo XX. La ópera es en inglés y su desarrollo es tremendamente ágil. La música enamora desde los primeros compases. La historia es sumamente fácil de seguir.

La ópera se basa en la novela de Herman Melville, famoso por su mundialmente conocida “Moby Dick”. La historia nos sitúa a bordo del buque de guerra inglés llamado HMS Indomitable. En el prólogo vemos al capitán Vere lamentando su decisión en el caso del joven BILLY BUDD. Ese prólogo de una melodía ralentizada, pero de una melancolía soberbia, nos llevará a modo de flashback al momento en el que BILLY BUDD llega al HMS Indomitable. En ese momento conoceremos a otro de los personajes protagonistas de la historia, al maestro de armas, con el nombre de Claggart. BILLY BUDD llega al navío formando parte de una nueva dotación de reclutas. Su aplomo, belleza y sonrisa ante la vida despertarán las pulsiones de Claggart.

Claggart no dejará pasar el tiempo y enseguida, cegado por los celos, le hará la vida imposible a BILLY BUDD, tramando maliciosamente para hacerle culpable de un motín. En el interrogatorio al que BILLY BUDD es sometido, este, fruto de la desesperación, asesta un golpe mortal a Claggart. Con lo que finalmente debe ser condenado a muerte.

Volvemos a ver al capitán Vere, que una vez ha recordado los hechos, se percata de la bondad del joven BILLY BUDD y de que las últimas palabras que este le dedicó le han acompañado y bendecido toda su vida.

Una historia tan maravillosa, donde se mezclan celos, tramas maliciosas, deseos reprimidos y sobretodo la búsqueda de la redención, es acompañada de una partitura con unas melodías que brillan. Las composiciones van desde el uso de toda la potencia de la orquesta, con especial uso de la percusión, a los momentos más íntimos en los que solo se oye una bella flauta.

En esta producción del Real se ha contado con Deborah Warner como directora de escena. Deborah Warner ha diseñado una de las escenografías más bellas y potentes de los últimos años. Tres plataformas flotantes que subirán y bajaran para recrear los espacios del buque. El escenario rodeado de cientos de maromas, y una iluminación asombrosa, nos llevan con precisión a todos los estados emocionales de la ópera. Escenas como la de la batalla son de un tremendo virtuosismo escénico.

En el escenario solo voces masculinas. El Coro Titular del Teatro Real hace un trabajo de una potencia inusual. El Coro tiene gran presencia en todo el montaje. Esas potentes voces consiguen erizar el vello de los asistentes. Y luego están los tres protagonistas. Jacques Imbrailo en el papel del tartamudo BILLY BUDD construye unas bellas composiciones. Toby Spencer, como capitán Vere está más que correcto. Brindley Sherratt tiene sin duda el papel más jugoso, el de John Claggart, el pérfido maestro de armas. Su papel está compuesto de capas de maldad, de represión y deseo. Su voz suena potente y clara. La orquesta dirigida por Ivor Bolton está limpia, magistral. Un lujo en toda potencia.

BILLY BUDD tiene grandes lecturas. La figura redentora de BILLY BUDD, que muere inocentemente y bendice al capitán se ha asemejado a la figura de Cristo. Ahora bien, de lo que no queda duda es de la atracción sexual que siente Claggart hacía el joven, y que desencadena la maldad.

Esta ópera magistral es sin duda un descubrimiento para muchos que la desconocíamos. Con un estilo algunas veces más cercano al género musical que al operístico, consigue atrapar al espectador durante las más de tres horas de duración, sin que estas pesen lo más mínimo. BILLY BUDD enamora y atrapa. Corran a por alguna de las pocas entradas disponibles que quedan si quieren viajar en el HSM Indomitable y sentirse zarandeados por la brutal escenografía, la potencia del coro y la historia de BILLY BUDD.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

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