EL Kamikaze Pavón arriesga y programa una función dura, no apta para estómagos al uso. OBLIVION O CISNES QUE SE REFLEJAN COMO ELEFANTES es una performance agría, con mensaje. Crudeza visual que golpea.
El piano desvela las notas de “Spiegel im Spiegel” de Arvo Pärt. Una soprano se prepara para salir a escena. Una cámara en constante movimiento nos retransmitirá planos imposibles de lo que vemos, creando un doble juego. Así empieza esta interesante performance surgida de la mente de Ricardo Campelo. Ricardo se distingue por montajes arriesgados y provocadores. Su compañía Teatro Xtremo en Jaén ha sido un referente en este tipo de montajes.
El espectador se va a encontrar con imágenes turbadoras y frases que duelen. “¿Alguna vez has estado tanto tiempo solo que nadie ha vuelto a pronunciar tu nombre?”. Preguntas y reflexiones de este tipo se intercalan en la interpretación de arias operísticas que van desde “Casta Diva” a “L’incoronazione di Poppea”.
Ruth González lleva el peso de la función. Su calidad como soprano queda patente en sus interpretaciones de las arias. El reducido espacio del ambigú del Kamikaze Pavón ofrece una experiencia cercana. La voz resuena potente y se clava en el alma de los presentes. Susana Sanabria acompaña al piano.
En esta obra se habla del cansancio, de la búsqueda del ansiado descanso, de la paz. En un turbio mundo de egoísmos, de oscuros escalafones de poder, de olvido, de muerte. Un mundo en el que nada es lo que parece. El nombre de la obra toma prestado el título de una obra de Salvador Dalí, en el que el reflejo de unos cisnes se confunde con elefantes. Una metáfora que nos lleva a pensar en lo que proyectamos sobre nosotros mismos. Esa fortaleza que queremos demostrar pero que se rompe y se descompone con cada uno de los embates de la vida.
OLBIVION O CISNES QUE SE REFLEJAN COMO ELEFANTES, propone un juego difícil, una performance incomoda, que respira aire fresco en las partes líricas pero que se oscurece en los textos.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
