La compañía Obskené se instala en la Sala Beckett para presentar una propuesta de creación colectiva que nos propone un viaje multidisciplinar que confronta las percepciones contemporáneas de los mitos clásicos con la realidad sociocultural más inmediata. Un trabajo de experimentación que se contempla con curiosidad y armonía.
Albert Boronat y Judith Pujol firman la dramaturgia del espectáculo. Para esta ocasión se ha dado prioridad a la exploración y búsqueda de los intérpretes, que han indagado en sus propias experiencias y su relación con el Mediterráneo. DE CARENES AL CEL es un espectáculo compuesto por el texto dicho en primera persona, la proyección audiovisual y la composición musical, que los cinco integrantes del reparto comparten con el público desde su misma entrada en la sala.
Respuestas habrá pocas. La finalidad última de la puesta en escena será la de encontrar un espacio común donde plantear inquietudes y preguntas, donde compartir experiencias. Para que todo esto suceda es indispensable una coordinación entre las distintas disciplinas artísticas. La dependencia técnica es quizá más presente de lo habitual y, en este apartado, hay que destacar la labor de Víctor Peralta.
La escenografía de Xesca Salvà sabe cómo integrar el protagonismo de los intérpretes con el de las pantallas y unifica figuración y grabación con una elocuente solución reflectante para el suelo de la sala. En combinación con la iluminación de Dani Sánchez y el diseño de sonido de Efrén Bellostes se crea la tonalidad cromática y auditiva adecuada para cada momento, evidenciando la contemporaneidad de la puesta en escena, pero también la actualidad del espíritu épico que nos conecta con nuestra tradición clásica.
Un abanico de miradas hacia un horizonte común. El Mediterráneo como crisol de cultural y como verdadera y única patria de todos los implicados. Un hilo conductor que alegóricamente funciona a la perfección aunque la sensación de estar presenciando un espectáculo inacabado puede apropiarse del espectador en algunos momentos.
La escucha se mantiene activa gracias a la implicación de Ilona Muñoz, Riad Ahmed, Alba Sotorra, Marcel Bagés y Àlex Guitart. Las ganas de explicar y de compartir su historia son las que finalmente despiertan nuestra motivación para escucharles. Los cinco saben como incluir al público en todo momento a través de numeroso brindis, que no por constantes resultan repetitivos o forzados. Muñoz reflexionará sobre el mito de la sirena y Sotorra aportará su documentación audiovisual sobre un conflicto bélico (y femenino). Ahmed, Bagés y Guitart ofrecerán tres aproximaciones distintas pero complementarias hacia la capacidad del lenguaje musical como transmisor para contar historias.
Finalmente, lo más importante es la necesidad del intercambio. Esto sucede, como decíamos, gracias a la pasión que se transmite desde el escenario. La dirección, también de Judith Pujol, termina de unificar las distintas manifestaciones expresivas sin evitar la dispersión en algunos momentos, pero manteniendo la mirada fija en un horizonte común y participativo.
Crítica realizada por Fernando Solla
