El Reina Victoria acoge una de las comedias de estas navidades. Una historia de cine, de engaños amorosos, de búsquedas desesperadas de cariño y de mucho humor. Javier Veiga firma y protagoniza una comedia de esas que se disfruta de principio a fin con una sonrisa en la cara.
No es fácil que una platea llena se ría a carcajadas con una comedia. Hay tal saturación de comedias mediocres en el mercado, en las que la carcajada queda en una mera sonrisa de compromiso, que se agradece contemplar un teatro que aplaude los gags y las ocurrencias de los protagonistas de 5 Y…ACCIÓN! Una historia que pretende, sin darse mayores ínfulas, entretener y que durante cien minutos nos metamos en el hipnótico mundo de la producción de una fallida película.
Un productor televisivo (Carlos Sobera), mujeriego y colado por la nada lista chica del tiempo (Marta Hazas). Embaucará a un director desesperado por la financiación de su película para conseguir sus propósitos amorosos. Lo que el director no sabe en un principio, es el enredo que se le viene encima al aceptar la proposición envenenada. Una serie de infortunios y de engaños harán que el rodaje sea un no parar de catástrofes y desencuentros.
Carlos Sobera está impecable en el papel de ese productor de éxito. Tiene Carlos esa humildad que le permite reírse de sí mismo. Se le nota pasándoselo en grande, relajado. Javier Veiga está un poco más encorsetado, quizá su papel es el menos cómico y eso juega en su contra. Marta Hazas simplemente borda el papel de chica del tiempo con aspiraciones a gran actriz. Marta Belenguer en el papel de la esposa engañada del productor consigue momentos de verdadera hilaridad. Ana Rayo, en su personaje de ayudante del Director arranca las carcajadas y los aplausos del respetable. Un genial equilibrio de personajes que enganchan del primero al último espectador.
Juega a favor de todo el montaje la original escenografía. Brillantes soluciones, acompañadas de acertadas proyecciones consiguen trasladarnos del despacho del Productor, al set de rodaje o a las puertas de una discoteca, pasando por la Gala de entrega de los Goya.
El montaje cuenta además con los cameos en pantalla de algunos de los grandes cómicos de nuestro país. Millán Salcedo, Enrique San Francisco, El Langui y Jorge Sanz entre otros, añaden un poco más de pimienta al ya de por si bien sazonado montaje.
En definitiva, una obra original, con la dificultad que ello conlleva. Fluye con un ritmo rápido, que no deja pausa en el espectador. Constantes gags y replicas divertidas. Una más que recomendable opción para salir del teatro con esa sonrisa que a veces la realidad se empeña en desdibujarnos.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
