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02.12.2016 Críticas  
Una revuelta bajo la luz de la luna

El Teatre lliure de Barcelona presenta la primera obra de las chicas de la Kompanyia Lliure. Tras el éxito de «La quinta del biberó», protagonizada por los chicos, REVOLTA DE BRUIXES no se queda atrás y nos muestra un grupo teatral bien preparado en una obra divertida y dura a la vez.

REVOLTA DE BRUIXES de Josep Maria Benet i Jornet, trata la historia de seis mujeres y un hombre en el transcurso de una noche de luna llena. Ellas componen la brigada de limpieza diaria de un gran gabinete; él, se ocupa de la vigilancia y el control nocturno de esta misma oficina.

Dirigida por Juan Carlos Martel Bayod, la obra nos presenta un grupo de seis trabajadoras del sector de la limpieza que acuden, como cada noche, a realizar su trabajo en una oficina. Las condiciones con su empresa son precarias y se les obliga a hacer el trabajo en un tiempo limitado cuando todo saben que no es posible. Ellas se quedan más tiempo para finalizar el trabajo y piden que se les paguen las horas extra, pero la empresa no está por la labor. Ellas tienen un denominador común, colectivo, que las enfrentará con el vigilante, pero este problema es casi lo único que las une; por ello la revuelta puede verse afectada por caminos diferentes e inesperados. La huelga llega en un momento muy necesario y estresante para ellas. La huelga permanecerá en el escenario, pero relegada a ver la relación entre sus participantes y su vida personal; la cual, necesita un arreglo más profundo que si situación laboral.

REVOLTA DE BRUIXES es el tipo de obra en el que el trasfondo es más importante que lo que se muestra a simple vista. La huelga, la gran excusa del montaje, la precariedad laboral, nos da pie a conocer a unos personajes más profundos y desconocidos por el espectador; quien se sorprenderá al reconocer historias muy cercanas y que nunca se había planteado comprender. Así, encontraremos muchos personajes de a pié, totalmente reconocibles y con los que empatizaremos rápidamente.

Unos personajes muy bien trabajados e interpretados por actrices de la talla de Chantal Aimée, Clàudia Benito, Raquel Ferri, Àurea Márquez, Andrea Ros y Júlia Truyol; acompañadas por Xiscu Masó. No hay personaje cojo, no hay momentos de disparidad. Todos brillan, todos tienen sus momentos estelares; todas y cada una de las historias te atrapan durante la hora y cuarto que dura el espectáculo para mantenerte en vilo de una revuelta que se realiza más de forma interna que contra la empresa en sí. Historias duras que en varios momentos sobrecogerán al espectador de forma totalmente inesperada. Cada personaje es un caramelo que hay que saborear con calma hasta verlo estallar.

Por su parte, la escenografía creada por Arts-cenics es maravillosa. La sala Taller del Lliure de Montjuïc no es exageradamente amplia, por lo que la distribución de la escenografía y el espacio utilizado ha sido muy bien aprovechado para crear una visual de oficina que no tiene desperdicio. Esta dimensión escenográfica ayuda también en muchos momentos a que la acción transcurra de una forma más orgánica y, a veces, sorpresiva para el espectador.

REVOLTA DE BRUIXES se convierte así en un espectáculo sorpresivo y cruelmente sincero con la sociedad actual. Una excusa para denunciar la explotación laboral, los contratos basura o el salario precario… Pero también es un espectáculo necesario para darnos cuenta que a parte del «yo», existen otras personas en la sociedad cuya vida puede ser mucho más dura que la tuya; aunque no te des cuenta. No es oro todo lo que reluce, y menos si dependemos de la sociedad que nos rodea.

Crítica realizada por Norman Marsà

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