RELATO DE UN NÁUFRAGO se sube por primera vez al escenario con Emilio Gutiérrez y Àngel Llàcer como protagonistas de esta adaptación teatral de Gabriel García Márquez en el Teatre Lliure de Gràcia.
Marc Montserrat- Drukker ha asumido el difícil reto de convertir el brillante texto periodístico en un formato dramático, y el resultado ha sido igual de brillante que el de Márquez. La obra empieza con el conflicto que hubo entre el náufrago Luis Alejandro Velasco y Gabriel García Márquez sobre a quién pertenecía la historia, si al que la había escrito o al que la había vivido. Luis Alejandro, interpretado por Àngel Llàcer, siente la necesidad de revelar la verdadera razón por la cual en 1955 mientras navegaba de vuelta a casa en la fragata militar colombiana ‘A.R.C. Caldas’, él y sus compañeros cayeron al mar. La verdad es algo tan simple y tan controvertido como que llevaban una excesiva carga de contrabando y la nave se desequilibró y acabó por hundirse.
Él fue el único que sobrevivió durante diez días a la deriva en alta mar sin comer ni beber y luchando con los tiburones, pero después de salvarse fue proclamado héroe de la patria, protagonista de numerosos anuncios de publicidad y luego fue olvidado por el gobierno. El hecho de que el marine hubiera decidido contar la versión original de la historia no gustó al dictador Rojas Pinilla, que provocó que el marine fuera depurado y Gabriel García Márquez exiliado.
El relato se convierte en un cuento que te absorbe y del que no podrías irte sin saber cómo acaba. Àngel Llàcer narra en primera persona y vive in situ escenas de aquel momento con un despliegue de recursos interpretativos que van de la angustia al humor. Emilio Gutiérrez Caba se le une para no solo escribir su relato sino también involucrarse en tal vivencia.
La escenografía de Jon Berrondo es un éxito total, un despacho que en segundos se convierte en un bote salvavidas a la deriva rodeado de tiburones que empapa de agua y suspense mientras refleja el oleaje durante la aventura del marine.
Es en definitiva una obra realizada con un esfuerzo tanto interpretativo como físico en la que Àngel Llàcer deja de ser el personaje televisivo y se empapa de las aventuras del marine. Una obra que se podrá disfrutar hasta el domingo 4 diciembre 2016 en el Teatre Lliure de Gràcia.
Crítica realizada por Milena Vázquez
