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02.11.2016 Críticas  
Dolor, aceptación y juego psicológico

Almería Teatre nos enseña una nueva inspiración sobre la dialéctica del dolor y sobre los caminos de la aceptación. La familia perfecta, con sus brillantes planes de futuro, es truncada en un solo segundo que romperá su mundo y los pondrá contra las cuerdas.

L’HABITACIÓ DEL NEN es una obra que nos muestra como el dolor se nos aferra al alma y nos altera todo lo que vivimos y sentimos. La obra comienza en un contexto idílico en el que una familia está celebrando varios acontecimientos: en primer lugar, el aniversario del hijo pequeño; segundo, la compra de una casa que les dará más espacio y comodidad al dejar finalmente de estar en alquiler, y finalmente el inesperado anuncio del embarazo de la madre. No obstante, toda esta felicidad se termina cuando el niño se cae por el balcón de su habitación. A partir de aquí comienza un interesante y trágico juego de dos perspectivas: una, la de la madre, que asume la muerte del niño e intenta superar el dolor, y la del padre, que se muestra convencido que el niño está sano y salvo. Al no mostrarse explícitamente la escena del incidente, no se sabe en certeza qué ha pasado, y durante la obra nunca se nos aclara qué es lo que realmente ocurrió, produciendo así un retorcido baile de dos polos: la realidad positiva y la negativa.

Lo más llamativo que se puede ver en L’HABITACIÓ DEL NEN es el uso de “vídeos” como soporte adicional al drama que se desarrolla en escena. Mediante uso de pequeños “cortos” o proyecciones, en las que se ve al niño hablando con sus padres días antes del accidente, se exponen en frío todas las cuestiones que el dolor de la pérdida hace entrar en erupción. Cabe prestar atención a lo que se dice en estos pequeños cortos, atisbos del idílico pasado de la familia, y sobre todo a tres temas que se mencionan en dichas proyecciones: el espacio, el viajar y los sueños. Quizás, a diferencia de otras obras de teatro, se pone aquí más peso en el texto que en la interpretación, pero eso no diluye la intensidad en la que se expresa el mensaje de la historia.

La variedad de herramientas usadas sirve al director Victor Alvaro abordar la profundidad de la obra y, sobre todo, lograr su objetivo esencial: mantener el suspense sobre la realidad de lo ocurrido y no decidirse nunca por uno de los dos bandos del conflicto. Lo que en un padre se ve como algo natural, la madre lo contempla como una alucinación, como una incapacidad de su pareja de poder asumir lo que ha ocurrido. La tensión en la obra sigue creciendo al verse estos dos personajes, antaño unidos en el lazo familiar perfecto, separados al ser incapaces de comprender la psicología y la mente del otro. Los actores muestran una cara muy fascinante de las relaciones humanas: el matrimonio se quiere, eso es innegable, pero esta incapacidad de entendimiento en algo tan esencial como es la realidad, aquello que ha sucedido y que existe, se crea o no se crea en ello, los separa, y al final se ven obligados a poner espacio entre ellos ya que su amor no es capaz de paliar el sufrimiento que causa no poder comprender la mente del otro.

Uno no puede dejar de pensar que todo lo que sucede no es más que una pesadilla, y quizás sea esta la intención: la de discutir la veracidad de los hechos, la de plantearse todo cuanto te sucede y la de hacer tambalear aquello que con tanta naturalidad asumimos cada día. L’HABITACIÓ DEL NEN no es una tragedia cualquiera. ¿Cuál es el detonante de todo este pedregoso camino de lo íntimo y familiar a lo más universal, a la cuestión de qué es el dolor y de la realidad? Hay muchas preguntas, ninguna respuesta, y al final nunca llegamos a salir de la habitación.

Crítica realizada por Rubén Recio

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